Día 11. ¡Radiante!

Radiante

 

¿Qué acostumbras hacer cuando tienes miedo? Para la gran mayoría de las personas el miedo los paraliza al grado de pagar consecuencias como: perder oportunidades de trabajo por el temor a no poder con la labor, ver alejarse a la persona amada por el miedo a no ser correspondido, otros prefieren vivir enfermos y con dolor por el miedo de ir al doctor y enfrentar algún tratamiento medico. Todos sentimos miedo. La gran diferencia la hace como lo enfrentamos.

El miedo y la inseguridad son dos cosas con las que convivio constantemente. Algo que me ayuda es saber que ser un amigo de Dios no significa que no sienta miedo, sino que ahora tengo la oportunidad de ver e interpretarlo y enfrentarlo de forma completamente diferente.

El psicoterapeuta Norberto Levy, en su libro titulado “La sabiduría de las emociones”, ofrece una valiosa definición del miedo: El miedo es una señal que indica que existe una desproporción entre la magnitud de la amenaza a la que nos enfrentamos y los recursos que tenemos para resolverla.

El miedo puede ser funcional o disfuncional.

¿Qué es el miedo funcional? Es el que además de funcionar como una señal de una desproporción entre la amenaza y nuestros recursos que tenemos para enfrentarla, también pone en marcha la tarea de reequilibrar tal desproporción.

¿Qué es el miedo disfuncional? Es aquel que angustia, inhibe, desorganiza y bloquea la posibilidad de experiencia y aprendizaje. En pocas palabras, nos paraliza.

Hoy por la mañana mientras meditaba en las Escrituras, Dios me llevo al Salmo 34. A continuación les comparto los versos que más impactaron mi corazón, aunque les recomiendo leer todo el capítulo ¡es hermoso!

 

2 Mi alma se gloría en el Señor;

   lo oirán los humildes y se alegrarán.

3 Engrandezcan al Señor conmigo;

   exaltemos a una su nombre.

4 Busqué al Señor, y él me respondió;

   me libró de todos mis temores.

5 Radiantes están los que a él acuden;

   jamás su rostro se cubre de vergüenza.

6 Este pobre clamó, y el Señor le oyó

   y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen;

   a su lado está para librarlos.

8 Prueben y vean que el Señor es bueno;

   dichosos los que en él se refugian.

9 Teman al Señor, ustedes sus santos,

   pues nada les falta a los que le temen.

18 El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,

   y salva a los de espíritu abatido.

19 Muchas son las angustias del justo,

   pero el Señor lo librará de todas ellas;

 

Toda la alabanza, el reconocimiento y la gratitud que se puede leer en este bello salmo es grandiosa. Pero obtiene mayor significado cuando podemos saber algunos detalles más, como:

¿Dónde estaba David cuando escribió este salmo? ¿Qué estaría sucediendo en la vida de este amigo de Dios? ¿Qué le provocaría tanta angustia, ansiedad y miedo? ¿Cómo fue que Dios lo libro de todos sus temores? ¿Cómo fue que David vio al ángel del Señor acampando a su alrededor para protegerlo?

 

La respuesta la encontramos en: 1 Samuel 21:10-12 (NVI) donde la biblia relata lo siguiente:

10 Ese mismo día David, todavía huyendo de Saúl, se dirigió a Aquis, rey de Gat. 11Los oficiales le dijeron a Aquis:

—¿No es éste David, el rey del país? ¿No es él por quien danzaban, y en los cantos decían:

«Saúl destruyó a un ejército,

   pero David aniquiló a diez»?

12 Al oír esto, David se preocupó y tuvo mucho miedo de Aquis, rey de Gat.

 

David esta en una situación en la que peligra su vida. Por un lado esta huyendo de Saúl, rey de Israel; lo cual no solo es de por si difícil sino que emocionalmente doloroso, ya que es su suegro y su rey al mismo tiempo. Al verse obligado a escapar a otras tierras, llega al territorio de los filisteos, sus archienemigos; pero no solo eso, sino que a la misma ciudad donde había nacido Goliat, aquel gigante que años atrás había vencido con valor, fe y una honda.

La imagen que rápidamente tenemos todos cuan escuchamos el nombre del Rey David es un joven osado, valiente, sabio, desafiante, lleno de confianza que se convirtió en un héroe nacional y por consiguiente en una leyenda viviente.

Pero tiempo mas tarde lo encontramos temeroso, angustiado y lleno de miedo ya que su vida esta en peligro. En este escena vemos como algunos hombres de Gat reconocieron a David e inmediatamente vinieron todos los recuerdos de cómo él había asesinado a su campeón Goliat. Así que era fácil imaginarse que tal vez David se encontraba en la ciudad para asesinar a su rey o querer conquistar la misma ciudad. Sin duda la vida de David corría peligro.

Pero una de las lecciones que podemos encontrar en la vida de este querido amigo de Dios es su altísima devoción y confianza que David deposita en Dios en esos momentos. El salmo 34 fue escrito en este contexto. Como una muestra de gratitud y reconocimiento a Dios por librarlo de sus enemigos y confortar su corazón en los momento de mayor angustia. Pero la pregunta sigue en el aire ¿Cómo fue librado David de aquel momento de peligro?

Los versos 13 al 14 son la respuesta de cómo logro David enfrentar aquella amenaza en su vida.

13 Por lo tanto, cuando estaban por apresarlo, fingió perder la razón y, en público, comenzó a portarse como un loco, haciendo garabatos en las puertas y dejando que la saliva le corriera por la barba.

14 Aquis dijo entonces a sus oficiales:

—¿Pero qué, no se fijan? ¡Ese hombre está loco! ¿Para qué me lo traen?

15 Ya tengo suficientes locos. ¡No necesito ni uno más que venga a hacer sus locuras delante de mí! ¡No dejen que entre a mi casa nunca más!

 

David se hizo el loco para salvar su vida. ¿Cómo es que el rey se convence de la actuación de David? ¿Cómo es que los hombres del rey ya no insisten en querer atraparlo? Sin duda la mano de Dios obro de la manera que solo el sabe para salvar a su siervo.

Esta parte de la vida de David no solo nos enseña que debemos depositar toda nuestra confianza y seguridad en nuestro Dios sino que también necesitamos muchas veces actuar con locura y tomar decisiones fuera de lo común y dejarle el resultado a Dios.

Recordemos que el miedo puede ser funcional cuando nos ayuda a buscar la salida y a encontrar los recursos necesarios para enfrentar las amenazas en nuestra vida. Eso fue lo que sucedió con David, su miedo lo llevo a confiar en Dios y ha actuar, como un loco pero al final a actuar.

El miedo puede ser disfuncional cuando nos termina paralizando y obstruyendo la oportunidad de aprender y transformarnos. Dios nos muestra por medio de esta historia que ser disfuncional no es parecer loco, sino es cuando no hacemos nada por cambiar o por salir de la situación en la que nos encontramos.

Según dicen Albert Einstein definía la locura como: HACER LO MISMO UNA Y OTRA VEZ, ESPERANDO RESULTADOS DIFERENTES.

David sabia que no era momento de tomar una honda y tirársela a la cabeza de alguien, aquel momento ameritaba algo extraordinario.

En lo personal este pasaje me confirma una vez más que la biblia no es un libro de formulas mágicas donde si hacemos A y B obtendremos automáticamente C. No es como los libros de superación personal de nuestros días que nos ofrece “las 5 leyes del éxito espiritual”. No es así. Sino más bien es el testimonio de cómo muchas veces lo que hace la verdadera diferencia es atrevernos a hacer cosas diferentes en total dependencia de nuestro Dios.

Algunos les gusta el orden, las reglas y las formas establecidas, pero otros nos gusta experimentar, arriesgar y romper los paradigmas. Como sea, el poder no esta en nuestras acciones, ya sean valientes, llenas de fe, arriesgadas, locas o sabias. El poder esta en las siguientes declaraciones llenas de seguridad y confianza, como las que solo en un gran amigo podemos declarar:

 

6 Este pobre clamó, y el Señor le oyó

   y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen;

   a su lado está para librarlos.

 

¿Algo llena de miedo tu corazón el día de hoy? Tal vez es hora de actuar con locura y dejarle lo demás a nuestro gran y poderoso Amigo.

 

Y sobre todo nunca olvides que:

5 Radiantes están los que a él acuden;

  jamás su rostro se cubre de vergüenza.

 

La próxima vez que veas a un amigo de Dios con cara de loco y tirando saliva, recuerda que ellos son los mas cercanos a tener un rostro RADIANTE. Tú y solo tú puedes decidir como usar tu temor.

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