15 Cuando terminaron de desayunar, Jesús le preguntó a Simón Pedro:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?
—Sí, Señor, tú sabes que te quiero —contestó Pedro.
—Apacienta mis corderos —le dijo Jesús.
16 Y volvió a preguntarle:
—Simón, hijo de Juan, ¿me amas?
—Sí, Señor, tú sabes que te quiero.
—Cuida de mis ovejas.
17 Por tercera vez Jesús le preguntó:
—Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?
A Pedro le dolió que por tercera vez Jesús le hubiera preguntado: «¿Me quieres?» Así que le dijo:
—Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.
—Apacienta mis ovejas —le dijo Jesús—. 18 De veras te aseguro que cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir.
19 Esto dijo Jesús para dar a entender la clase de muerte con que Pedro glorificaría a Dios. Después de eso añadió:
—¡Sígueme!
Juan 21:15-19 (NVI)
El día de ayer veíamos como a Dios le encanta aparecer en los momentos comunes de nuestra vida diaria. Momentos donde tal vez lo único que esperamos es aburrición y cotidianidad, pero el milagro esta esperando a la vuelta de la esquina ó tal vez esta frente a nosotros.
Así fue este tercer encuentro de Jesús con sus discípulos. En esta ocasión parece que el objetivo principal es Pedro. Como observamos en el post anterior, toda esta escena de Pedro intentando pescar toda la noche pero sin conseguir nada, un extraño le dice donde echar las redes y como el resultado fue una pesca milagrosa; parece que cada uno de los detalles anteriores fueron preparados para haberle recordado a Pedro el día de su llamado y como él había dejado todo para seguir a Jesús.
Pero después vino la caída y parecería que todo cambiaría en la vida del apóstol. Las palabras: «No lo conozco» resonarían en la mente de Pedro una y otra vez. Así como tal vez te pasa hoy con aquel recuerdo que parecer repetirse una y otra vez, y que no teja olvidar esos momentos de debilidad y traición; tal vez a tu Dios, a tu fe, a tu familia o a ti mismo. Tal vez es por eso que reconoces que tu fe necesita RESURGIR. Bueno, este es el relato adecuado.
Cerrando círculos
Después de que Jesús se apareció de forma ordinaria, también les preparo un ordinario desayuno y comió de forma cotidiana. Pero en medio de estos momentos comunes se escondía la respuesta extraordinaria que necesitaba el corazón de Pedro.
Sin mayor preámbulo, después de desayunar Jesucristo hace tres preguntas a Pedro: ¿Me amas mas que a éstos?, ¿me amas? ¿me quieres? Tres preguntas, una por cada vez que Pedro juro y perjuro que no conocía a su Maestro.
Mucho se ha hablado de lo que le pide Jesús a Pedro en este momento, acerca de cuidar de sus ovejas y como un poco de tiempo después vemos a este hombre transformado y predicando valerosamente el evangelio trayendo a mas de 3000 personas a las aguas del bautismo.
Pero antes de llegar ahí lo que quiero hablarte es de lo que hizo Jesús por su amigo y como fue este momento el que ayudo a este pescador a RESURGIR en su propia fe. Lo que veo que hizo Jesús fue cerrar los círculos abiertos que habían en la vida de Pedro a causa de su pasada traición.
Con círculos me refiero a toda situación, herida, malentendido ó pecado que hoy te esta llenando de culpa y te separa de los demás y hasta de Dios. Es impresionante el numero de personas que vive con círculos abiertos que solo producen ansiedad. ¿Qué tal aquel malentendido con tu amigo ó familiar que no quieres tratar por miedo a que el problema crezca, pero que cada vez que escuchas la situación solo sientes enojo y culpa por no hablar y resolver la situación? ¿Qué hay de aquella deuda que no haz pagado y los intereses te están comiendo y afectando tu relación de pareja y aun emocionalmente, pero que hoy por hoy no tienes ningún plan para «cerrar ese círculo» y ademas sigues gastando lo que no tienes?, ó ¿qué tal esa disculpa que le debes a tu pareja pero el orgullo te tapa la boca? Círculos, situaciones inconclusas que solo nos roban el sueño y la paz.
Pero Jesús dejo claro que él venia a darnos paz, eso exactamente fue lo que hizo con Pedro. Al preguntarle si lo amaba no solo le dio la oportunidad de reivindicarse, sino que también Jesús le demostró que aun tenia confianza en él, al punto de encargarle lo mas valioso que tenia: sus ovejas.
¿No es esto lo que necesitan nuestros corazones? La ayuda de Cristo para dejar de cargar con la culpa y la ansiedad que producen estas situaciones sin tratar en nuestra vida. Necesitamos la paz que sobrepasa todo entendimiento y esa paz viene cuando aprendemos la importancia de no dejar cosas inconclusas.
Sin aquella platica, es probable que Pedro hubiera obedecido a Jesús de ir a predicar el evangelio a todas las naciones, pero tal vez siempre hubiera tenido la duda de que si Jesús le hubiera podido perdonar lo que había hecho momentos antes de la crucifixión.
Recuerdo muy bien unos 10 años atras cuando esta recién casado y mi esposa y yo teníamos tarjetas de crédito que habíamos obtenido siendo solteros, pero que ahora al estar juntos y juntar también nuestras deudas, la suma de todas las tarjetas era algo estratosférico que nos abrumaba y no podíamos salir de ello. Pero fue gracias a la platica con un gran amigo y al leer un libro de como sanar nuestras finanzas que pudimos tener el valor y la decisión de hacer un plan de pagos que nos llevo 2 años cerrar ese circulo de deuda que nos tenia presos.
Cuando vivimos con pecados escondidos es como vivir con un circulo de pecado, culpa, pecado del cual no podemos ser libres fácilmente, sino hasta que el perdón y la confianza nos liberan y cierran los asuntos abiertos delante de Dios y nosotros.
Dios quiere que aprendamos a cerrar círculos. De eso dependerá que tan efectivos seremos en sus manos. Pedro tuvo el valor de predicar el evangelio, escribir sus dos cartas para pastorear a las iglesias y tiempo después, hasta morir por la causa del Señor.
Estoy seguro que esto fue producto de una platica en un día común y corriente,, en una playa ordinaria, en medio de un desayuno nada fuera de lo común. Pero ¿No es ahí donde se pueden esconder los mejores milagros?
Dedica tiempo para hacer una lista de todos los «círculos abiertos» en tu vida y ora por valor y sabiduría para buscar como cerrarlos. Y al mismo tiempo habla con alguien al respecto a quien le tengas confianza para que pueda darte seguimiento de que haz decido y como vas.
Bendiciones.