¡Ábrete!  La sanidad que nuestras vidas, familias e iglesias necesitan.

¡Ábrete! La sanidad que nuestras vidas, familias e iglesias necesitan.

Ábrete

Dos enfermedades que podrían destruir tu iglesia, tu familia y tu vida tienen que ver con la comunicación. Muchos hogares, iglesias y centro de trabajo están mas llenos de comunicación que produce miedo, culpa y vergüenza, para después gastar muchísimo tiempo y energía solo resolviendo situaciones que vienen como consecuencia de este tipo de comunicación que desconecta y limita. Necesitamos algo que revolucione nuestra forma de comunicarnos con Dios, entre nosotros y con nosotros, y lo necesitamos ya.

Podemos decir que aunque existen muchos elementos que forman la comunicación, todos se engloban en solo dos: Escuchar y hablar.

Jesús enfrento 2000 años atrás en Decápolis, las mismas enfermedades que hoy en día atacan al ser humano, afectándolo todo a su alrededor. El evangelio de Marcos lo relata de esta manera:

 31 Volviendo a salir de la región de Tiro, pasó por Sidón y llegó al mar de Galilea, atravesando la región de Decápolis. 32 Y le trajeron a uno que era sordo y que hablaba con dificultad, y le rogaron que pusiera la mano sobre él. 33 Entonces Jesús, tomándolo aparte de la multitud, a solas, le metió los dedos en los oídos, y escupiendo, le tocó la lengua con la saliva; 34 y levantando los ojos al cielo, suspiró profundamente y le dijo: ¡Effatá!, esto es: ¡Abrete! 35 Y al instante se abrieron sus oídos, y desapareció el impedimento de su lengua, y hablaba con claridad. 36 Y Jesús les ordenó que a nadie se lo dijeran; pero mientras más se lo ordenaba, tanto más ellos lo proclamaban. 37 Y se asombraron en gran manera, diciendo: Todo lo ha hecho bien; aun a los sordos hace oír y a los mudos hablar. Marcos 7:31-37 (LBLA) 

Todo inicia como siempre con una sola persona, una persona con dos graves problemas: No podía escuchar y se le dificultaba hablar. ¿No te suena parecido? ¿Cuántos malos entendidos, sentimientos heridos y relaciones rotas son resultados de estas dos grandes enfermedades?

La Biblia nos dice que las personas de aquella región por donde pasaba Jesús le trajeron a un hombre con estos dos problemas y que le rogaron que lo sanara. Esta es una de las razones por las que creo que estas dos cosas son las peores enfermedades. En primer lugar, este hombre no pudo ir con Jesús por si mismo, fueron su familia y amigos quienes buscaron la ayuda para sanarlo. Esto es muy interesante, porque fácilmente uno podría pensar que lo peor del mundo podría haber sido que este hombre estuviera ciego, o leproso, o invalido como muchas de las personas con las que Cristo se encontró. Pero a la hora de buscar un milagro ninguna de estas personas fueron limitadas por estas enfermedades, como lo era este hombre sordo y con dificultades del habla.

Uno de los mayores ejemplos de esto lo podemos ver en Mateo 20:29-34 (NTV) Donde encontramos una poderosa imagen de lo que es poder comunicarnos con claridad. Mateo lo relata de esta manera:

29 Mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad de Jericó, una gran multitud los seguía. 30 Dos hombres ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús venía en dirección a ellos, comenzaron a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».

31 «¡Cállense!», les gritó la multitud.

Sin embargo, los dos ciegos gritaban aún más fuerte: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».

32 Cuando Jesús los oyó, se detuvo y los llamó:

—¿Qué quieren que haga por ustedes?

33 —Señor —dijeron—, ¡queremos ver!

34 Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron.

El verso 30 nos dice que “Cuando oyeron que Jesús venía en dirección a ellos, comenzaron a gritar…”

Esta es la primer cosa que nos da la posibilidad de encontrar un milagro: Saber escuchar. La mayoría de las personas creemos que escuchamos pero lo que hacemos en realidad es solo usar nuestro sentido natural de oír sonidos que entran por nuestros oídos. Saber escuchar de forma activa es la única manera de poder conectarnos con nuestra realidad y con las personas a nuestro alrededor; y lo más importante: conectarnos con Dios.

¿Qué fue lo que produjo que aquellos dos hombres fueran sanados de forma milagrosa por Jesús? Podríamos decir que fue su fe y otros que fue la compasión de Jesús por ellos, o las dos cosas juntas. Pero ¿qué hubiera pasado si hubieran estado sordos y no hubieran podido escuchar que Jesús pasaba por ahí? La respuesta es obvia. Pero vayamos mas allá: ¿qué habría pasado si ellos no hubieran tenido ningún problema con sus oídos, pero que al escuchar que Jesús pasaba por ahí no hubieran hecho nada en absoluto? La respuesta es la misma, no habría sucedido nada.

El milagro comenzó desde que ellos escucharon: ¡Jesús esta pasando por aquí!, más todas las demás historias que seguramente escucharon de los milagros que Dios hacia a través de este joven maestro de Nazaret, sumando que pudieron escuchar su necesidad de ser sanados, más las emociones que les producían ser indigentes y que tal vez ya estaban artos de esa vida, y si ha eso le sumamos la pulsante idea de que ese momento seria su ultima oportunidad verdadera de alcanzar la salud; esto dio como resultado el milagro inesperado.

¿Cuántas personas pierden la oportunidad de ser sanados por Dios en alguna área de sus vidas solo por que no saben escuchar que Él esta pasando por ahí? Muchos más viven conformes con la miseria en sus vidas sin hacer nada por tratar de cambiar, por que no logran escuchar sus necesidades mas profundas, viven desconectados de si mismos. Algunos otros aunque vean que sus familias sufren por causa de su mal carácter, o sus vicios o falta de responsabilidad, tampoco eso es suficiente para buscar un cambio, porque obviamente están desconectados (no logran escuchar) de aquellos que dicen que son los seres mas importantes de sus vidas.

Una de las pruebas de que realmente escuchamos es que podemos responder y tomar decisiones congruentes al mensaje que hemos recibido.

Estos dos hombre lo hicieron y dice la biblia que comenzaron a llamar la atención de Jesús, para poder lograr acercarlo a ellos, ya que ellos no lo podían ver. Los versos 32 y 33, nos dice que: “Cuando Jesús los oyó, se detuvo y los llamó: —¿Qué quieren que haga por ustedes? —Señor —dijeron—, ¡queremos ver!” 

La otra parte vital del milagro estuvo en que ellos podían hablar y que expresaron con claridad cual era su necesidad y lo que querían.

En otras palabras fueron asertivos. Esto es que tuvieron la capacidad de expresar su necesidad de forma clara y firme. La mayoría de las personas no logran hacer esto, ya que se tienen muy malos hábitos de comunicación.

Me recuerdo a mi mismo cayendo en los dos extremos de la mala comunicación: Siendo pasivo o agresivo en otras ocasiones. Durante bastante tiempo no fui consiente de que a la hora de hablar y sobre todo de querer expresar mis necesidades lo que en realidad estaba haciendo era quejándome o simplemente me la pasaba dando rodeos o en ultimo caso guardando silencio y aceptando cosas que en realidad me incomodaban o no estaba para nada de acuerdo, pero por no ser claro con mis ideas, sentimiento y necesidades, simplemente no pasaba nada de lo que yo esperaba.

Con dolor veo como las iglesias y familias, (las áreas de vida que mas me apasionan), sufren por culpa de estos malos hábitos de comunicación.

Una de las razones por la cual la gente es poco asertiva, es debido a que piensan que no tienen derecho a sus creencias, derechos u opiniones. En este sentido, aprender a ser asertivos no consiste en convertir personas sumisas en quejosas y acusadoras, sino a enseñar que la gente tiene derecho a expresarse ante situaciones que a todas luces son injustas. Expongamos aquí una serie de ideas falsas que nos impiden ser asertivos:

No hay que interrumpir nunca a la gente. Interrumpir es de mala educación.

  • Usted tiene derecho a interrumpir a su interlocutor para pedir una explicación.

Los problemas de uno no le interesan a nadie más y no hay que hacerles perder el tiempo escuchándolos.

  • Usted tiene derecho a pedir ayuda o apoyo emocional.

Hay que adaptarse a los demás, si no es posible arriesgarnos a perder una amistad.

  • Usted tiene derecho a decir «NO».

Cuando alguien tiene un problema hay que ayudarle.

  • Usted tiene el derecho de decidir cuando prestar ayuda a los demás y cuando no.

 

(Si te interesa conocer un poco mas de creencias o ideas que nos limitan te invito a visitar mi post Creencias limitantes.)

Es por esto que me parece tan importante destacar la respuesta de los dos hombres ciegos ante la pregunta de Jesús: —¿Qué quieren que haga por ustedes? Ellos no dijeron:

  • Llévanos en tus oraciones por que tenemos una vida tan miserable por causa de nuestra ceguera.
  • Si eres hijo de Dios explícanos por que nos paso esto. ¿Qué hicimos para merecer ser ciegos?

Tampoco dijeron:

  • No merecemos nada Señor, mejor sigue tu camino.

Sin quejas, ni reclamos, ni juicios, ni amenazas, ni falsa humildad; solo una expresión clara y concisa de lo que realmente querían y necesitaban.

Es por eso que creo firmemente en que los cristianos necesitamos estar conectados en tres grandes sentidos: Con Dios, con los demás a nuestro alrededor y con nosotros mismos.

Desde que nacemos hasta que entramos a formar parte de una iglesia, se nos educa para orientarnos hacia los demás más que para estar en contacto con nosotros mismos. Tenemos metida en la cabeza la siguiente pregunta: “¿Qué quieren los demás que yo diga y haga?” Pero que hubiera pasado si nuestros personajes hubieran hecho caso de la multitud que les exigía que se callaran? (v.31) Nuevamente, no hubiera pasado nada. Ellos tenían claro lo que necesitaban y nada los paro para expresarlo con claridad.

¿Cuántos matrimonios se rescatarían del divorcio si aprendieran a expresar y escuchar sus necesidades, temores, emociones y cualquier cosa que produzca conexión y amor?, ¿Cuánta culpa, vergüenza y dolor eliminaríamos de nuestras congregaciones si aprendemos a comunicarnos de forma diferente?

Este post es el resultado de la mezcla de una profunda pasión y a la vez de un gran dolor que siento cuando miro personas a mi alrededor, sobre todo de aquellos que llamándose cristianos viven vidas vacías y limitadas por culpa de no saber escuchar y tener dificultades para poder hablar. Es por eso que he estado trabajando en un programa de coaching cristiano que ayude a los individuos y congregaciones a vencer las barreras que implica el no poder comunicarse de forma efectiva, compasiva y espiritual. Si deseas conocer mas de este tema, me encantaría saber de ti por este medio.

Si expresamos nuestras necesidades es más probable que podamos satisfacerlas.

La comunicación comienza con la escucha. Cuando podemos escuchar las necesidades mas profundas de los demás y las nuestras podemos ver las cosas desde otra perspectiva.

Siempre que manifestamos nuestras necesidades de una manera indirecta, sin ser claros lo más probable es que encontremos solo incomprensión e insatisfacción en nuestro camino. En cambio, cuanto más directamente conectemos nuestros sentimientos con nuestras necesidades, más fácil será que los demás respondan a ellas de forma compasiva, así como Jesucristo lo hizo con estos dos hombres.

Si no valoramos nuestras necesidades el posible que los demás tampoco lo hagan

Necesitamos una reestructura en la forma de expresarnos y de escuchar a los demás. Necesitamos que nuevamente el Maestro toque nuestros oídos y nuestra lengua y pronuncie la misma palabra que el evangelio de Marcos se aseguro que no olvidáramos: ¡Effatá!, esto es: ¡Ábrete! (Marcos 7:34)

Esto es lo que necesitamos en nuestras iglesias, familias y en nuestra propia vida:

Oídos que se abren para escuchar de forma activa, compasiva y decidida. Oídos abiertos que se conectan no solo con los demás personas, sino con nuestro Creador y con nuestros sentimientos y necesidades mas profundas. Que no están cerrados por el juicio, las comparaciones, el autoritarismo o el legalismo.

Necesitamos mas labios que se abren que se expresen clara, compasiva y asertivamente. Labios abiertos, no solo a expresar necesidades y carencias, pero también gratitud, alabanza, reconocimiento y todo aquellos que tus hermanos en la fe, tu esposa, tus hijos y tu Dios merecen escuchar de ti y de mi.

Las dos historias tienen grandes finales:

El hombre sordo y tartamudo, salió corriendo a contarles a todos el gran milagro que experimentó, logrando que otros reconocieran a Jesús y su poder. Todo esto gracias a que hubo personas a su alrededor que supieron escuchar a Jesús y la necesidad de aquel hombre y que también pudieron expresarse de tal modo que obtuvieron el milagro para su vecino.

Y ¿quién podría negar que probablemente esta fuera una de las tantas historias milagrosas que los dos hombres ciegos escucharon y que les dio el valor de gritar con todas sus fuerzas: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!» y al final convertirse en Sus seguidores?

 

¡TODO ESTA CONECTADO! 

HABLA + ESCUCHA= MILAGRO

DUDAS VS CONVICCIONES

DUDAS VS CONVICCIONES

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“Toda conclusión es una expresión del cansancio del pensamiento. Del cansancio por seguir preguntando. Cada respuesta es una plataforma para seguir preguntando”.

Blas Pascal, siglo XVII

¿Has sentido la enorme necesidad de que algo tiene que cambiar a tu alrededor?, ¿Necesitas reinventarte, renovarte o simplemente hacer cambios que te ayuden a ti o a tu organización a moverte hacia delante? Si tu respuesta es un rotundo si, no estas solo; somos muchísimos los que deseamos lo mismo. Son muchos los lugares donde la iglesia cristiana de nuestros días clama desesperadamente por renovación. Pero esto no será posible hasta que los individuos que conforman las iglesias, familias y cualquier sistema logren reinventarse primero a si mismas.

He descubierto que la principal razón de la falta de cambio en nuestras vidas son nuestras propias convicciones. ¿Lo habías pensando alguna vez de esta manera? Yo no, hasta ahora.

Una convicción se define como la certeza que tenemos acerca de algún tema en particular. En el campo del coaching se le llama una creencia. La Real Academia Española (RAE) define a la creencia como el firme asentimiento y conformidad con algo. 

La creencia es la idea que se considera verdadera y a la que se da completo crédito como cierta.

*Es importante dejar claro que este post no trata de creencias doctrinales sino de las ideas (convicciones) que damos por ciertas y que aunque las practiquemos en un contexto cristiano pueden ser nuestro principal limite para crecer en nuestra propia fe y en nuestras vidas. Después de esta aclaración, continuemos:

 Con esto en mente debemos comprender que existen creencias que nos ayudan a crecer y nos llevan hacia delante en nuestra vida. Pero existen otro tipo de creencias que nos encadenan y nos limitan. A ellas se les conocen como creencias limitantes. Para profundizar mas en este tema te invito a leer mi post titulado Creencias limitantes.

Si en el pasado algo funcionó es muy común pensar que siempre va a funcionar, así que sin querer, condenamos a las nuevas generaciones a practicar las mismas cosas una y otra vez. Aun nosotros mismos internamente estamos aburridos y algo nos dice que debemos cambiar pero el recuerdo agradable de los éxitos pasados y el miedo al fracaso si intentamos algo diferente nos encadena al mismo sitio. El problema es que cuando permanecemos mucho tiempo sintiendo que algo debe de cambiar pero no hacemos nada solo es cuestión de tiempo para que esa pequeña voz comience a morir y entonces terminar por aceptar el estado de cosas del cual una vez queríamos cambiar o salir de el.

Una de las cosas que mas disfruto de mi trabajo en una sesión de coaching es ver la mirada y los gestos de una persona cuando comprende cuales son sus creencias limitantes. Ayudar a otros a ser conscientes es como podría resumir mi labor.

Pero entonces, si ya comprendí que puedo estar viviendo bajo ciertas convicciones que no me dejan crecer ¿Qué debo hacer?

 ¡DUDA! Haz preguntas, muchas preguntas. Aprende a indagar.

Comúnmente damos un alto valor y respeto a las personas que tienen convicciones firmes, y muchas veces menospreciamos y hasta rechazamos a las personas que están llenas de preguntas y dudas.

Pero la realidad es que si queremos crecer, renovarnos y tener espacios llenos de innovación entonces necesitamos promover una cultura donde las dudas y las preguntas fluyan libremente. Sin prejuicios ni temor.

El apóstol Pablo nos da un gran consejo al respecto:

Examínense para saber si su fe es genuina. Pruébense a sí mismos. Sin duda saben que Jesucristo está entre ustedes; de no ser así, ustedes han reprobado el examen de la fe genuina.

2 Corintios 13:5 (NTV)

 Aquí el llamado es a examinarnos. ¿Qué encontramos en un examen? Preguntas, preguntas y mas preguntas.

Aprender a realizar las preguntas adecuadas es una herramienta poderosa para descubrir si mis convicciones realmente me están llevando a mi meta final: Jesucristo. O si mas bien estoy siendo reprobado sin siquiera saberlo.

Por otro lado, para que una organización se reinvente a sí misma es preciso que ponga en tela de juicio sus supuestos, visiones, estrategias e identidades básicas. Esto solo se logra dudando de su forma de hacer las cosas, preguntándose mucho y todo el tiempo como poder innovar. El problema es que nos apegamos emocionalmente a todos esos elementos y esto termina dificultando los cambios. Como el ejemplo que Daniel Goleman, nos ofrece en su libro “Inteligencia Emocional”, al referirse a la importancia de cuestionar nuestras convicciones al nivel de una organización:

Schwinn era el principal fabricante estadounidense de bicicletas desde mediados de 1950 hasta la década de los setenta. Schwinn, que era una empresa familiar, tardó demasiado tiempo en responder al boom de las nuevas tendencias del motocross y la mountain-bike que tuvo lugar durante la década de los ochenta donde las bicicletas eran hechas de un material mas ligero que el acero durable pero pesado de Schwann, en consecuencia, la competencia extranjera en el nuevo mercado de las bicicletas para adultos, arraso a la marca estadounidense. Los directivos de la empresa, indiferentes al cambio en las tendencias de los usuarios de bicicletas del mercado americano, fueron incapaces de reinventar la compañia. Uno de los ejecutivos de ventas llegó incluso a despreciar las nuevas bicicletas superligeras comentando irónicamente: «¿pero esta bicicleta te llevará a ti o deberás cargarla tú a ella?».

De este modo, los distribuidores extranjeros de la empresa como Giant Bicycles, de Taiwan, a la que Schwinn había encumbrado sin quererlo, pasaron a engrosar las filas de acreedores que en 1992 terminaron llevando a Schwinn a la bancarrota.

Los líderes de Schwinn tenían la convicción de que las bicicletas que le habían dado tanto éxito y el material con el que estaba hechas siempre gustarían y su falta de hacer preguntas tales como: ¿Qué nuevos materiales existen hoy?, ¿Qué necesitan nuestros clientes? Y ¿Habra otra forma de hacer las cosas? Llevo a esta exitosa empresa al desastre.

Pero en las iglesias y a nivel personal sucede lo mismo. Por ejemplo uno de los pecados mas destructivos que corrompen las comunidades cristianas es el chisme. Chisme e intriga disfrazado de la convicción de “te cuento esto para que ores por tal hermano” son un fuego destructor y limita el crecimiento. Como ministro cristiano casi no hay una semana sin que reciba una llamada de algún miembro bien intencionado de mi congregación pidiendo que hable con otro miembro que esta comportándose de forma inadecuada. Pero he encontrado que si la persona que ha visto a la otra persona actuando mal no es la que se lo dice primero, yo termino envolviéndome y aceptando un chisme o rumor. Y lo peor es que con estas acciones fomentamos el ir contra la voluntad de Cristo, cuando enseñó: »Si un creyente peca contra ti, háblale en privado y hazle ver su falta. (Mateo 18:15)

¿Quién debe hablarle a la persona que nos ha hecho algún daño? ¡Pues tú que lo viste! ¿Cómo debes hacerlo? En privado. Si no se arregla la situación Jesús da otras salidas, pero este primer paso es vital y saltarlo solo lleva a mucho dolor y enojo.

En la Antigua Grecia, Sócrates fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que profesaba a todos. A él se le atribuye un método de indagación o de búsqueda de nuevas ideas y conceptos que llevara a las personas a mirar desde otra óptica la ideas.

Un día, un conocido se encontró con el gran filósofo y le dijo: “¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?”

“Espera un minuto”, replicó Sócrates. “Antes de decirme nada, quisiera que pasaras un pequeño exámen. Yo lo llamo el exámen del triple filtro.”

“¿Triple filtro?” , preguntó el otro .

“Correcto”, continúo Sócrates. “Antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser una buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es por eso que lo llamo el Exámen del triple filtro“…

y continuó: “El primer filtro es la VERDAD. ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto ?”

“No”, dijo el hombre. “Realmente sólo escuche sobre eso y …”

“Bien”, dijo Sócrates. “Entonces, realmente no sabes si es cierto ó no. Ahora, permíteme aplicar el segundo filtro, el filtro de la BONDAD. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?”

“No, por el contrario…”

“Entonces, deseas decirme algo malo de él, pero no estás seguro que sea cierto. Pero aún podría querer escucharlo porque queda un filtro, el filtro de la UTILIDAD. ¿Me servirá de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo ?”

 “No, la verdad que no.”

“Bien”, concluyó Sócrates. “Si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no me es útil… ¿para que querría yo saberlo?”

 Este es un bello y perfecto ejemplo de cómo usando preguntas podemos detener creencias limitantes en nosotros mismos y a nuestro alrededor.

¿Te interesa saber más de como el coaching puede ayudarte de forma personal ó a tu organización? Estaré más que encantado de poder responder a cualquiera de sus preguntas.

Abrazos.

 

ConnectOlogy

ConnectOlogy

En medio de una sociedad altamente conectada por medio tecnológicos existe otra realidad, la de millones de individuos viviendo vidas sumergidas en la apatía, en la soledad y con la enorme necesidad de fuerza para enfrentar la realidad del día a día.

ConnectOlogy surge de la convicción de que hoy más que nunca necesitamos estar conscientes de la necesidad que todos tenemos de estar conectados con las tres áreas más importantes en nuestra vida: Con Dios, con nuestro próximo y con nosotros mismos.

Es mi deseo que esta serie de vídeos puedan ser de ayuda, inspiración y animo para cada corazón, iglesia o familia que tenga la oportunidad de verlos.

Recuerda no olvides: #conecta #comparte #comenta

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Connect-ology

Connect-ology

Connectology

A través de 19 años de tratar de ayudar y acompañar a miles de personas en su búsqueda de una vida mejor me he dado cuenta que una de las principales razones de fracaso, frustración y estancamiento en todos los niveles de la vida se debe a la desconexión.

De esta manera surge Connect-ology, como la mezcla entre mi entrenamiento como coach de vida y mi vocación como ministro cristiano. La meta de este espacio es lograr crear conciencia de las consecuencias de la enorme desconexión en la que viven miles de personas sean cristianas o no. Pero sobre todo poder abrir los ojos al enorme poder que tiene el aprender a conectarnos realmente.

A partir del mes de Octubre iniciare con un video blog quincenal donde encontraras en este espacio videos de 18 minutos de duración que abarcaran de diferentes maneras los tres tipos de desconexión que afectan todo en nuestra vida:

  1. La desconexión con la fuente de poder y vida (Dios, fe, espiritualidad)
  2. La desconexión con nuestro próximo (familia, amigos, miembros de la iglesia y toda relación importante) y
  3. La desconexión con nosotros mismos (emociones, pensamientos, carencias personales, pedidos desplazados, situaciones no resueltas, nuestro cuerpo, enfermedades, etc.)

Mi oración es que esta serie de videos se convierta en ayuda, inspiración y un recurso lleno de respuestas para quienes las estén buscando.

Mi sueño es ver cada vez más cristianos realmente CONECTADOS en todos los sentidos. O piénsalo de esta manera ¿cuantos niños están hambrientos y necesitados de tener una verdadera conexión con sus padres?, ¿cuantos divorcios se evitarían si las parejas aprender a conectarse nuevamente?, ¿cuantas personas serian alcanzadas para Cristo si los cristianos aprendemos a conectarnos con nuestro próximo en lugar de juzgarlo?, ¿cuantas relaciones sanas, cuantas nuevas amistadas ganadas, cuantas oportunidades aprovechadas si tan solo aprendemos lo que quiere decir estar realmente conectados?, aquellos que tenemos funciones de liderazgo ¿cuánto mas efectivos y útiles podríamos ser si estamos conectados con nuestra gente?

¡Una vida conectada es una vida emocionante! Acompáñame en esta aventura por la CONEXION.

Si te interesa recibir más información de este plan quincenal, solo haz click en el botón de seguir que aparece en la parte frontal del blog, anota tu correo electrónico y listos ¡estaremos conectados!

Abrazos desde Boston

 

 

 

 

 

 

 

 

Discipulado 2.0

Discipulado 2.0

Discipulado 2

7 Pasos para reinventar el discipulado.

Discipulado no es una palabra que aparezca en la biblia como tal. Más bien nos referimos a la acción que como iglesia cristiana realizamos para buscar ayudarnos unos a otros en el maravilloso camino de seguir los pasos de Jesucristo en nuestra vida diaria.

El concepto del discipulado puede variar de iglesia en iglesia. Para algunos es un estudio bíblico donde las personas escuchan, a veces aportan lo que piensan y toman alguna decisión practica, y otra veces solo aprenden algunas lecciones de desarrollo espiritual.

Para otros como es mi caso el discipulado practicado uno a uno es parte esencial de nuestra cultura de hacer iglesia. Como sea que entendamos el discipulado o de la forma que lo practiquemos (en grupos, en parejas, como talleres o clases especiales), siempre será inspirante observar cuidadosamente a nuestro Maestro discipular a sus seguidores.

La manera en que podría definir mi concepto ideal de practicar el discipulado en el cristianismo actual esta muy bien representado en la interacción de Jesús con dos de sus discípulos en el famoso camino a Emaús.

7 pasos del camino de Emaús:

El evangelio de Lucas narra una de las historias mas inspirantes de cómo una platica (un tiempo de discipulado como le llamaríamos) puede tener el poder de transformar las emociones, las ideas y las decisiones de discípulos temerosos y huidizos. Veamos como fue el proceso de transformación y como lo llevo acabo nuestro Señor Jesús, el Maestro por excelencia.

Lucas relata aquel acontecimiento de esta manera: 13 Aquel mismo día, dos de los discípulos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. 14 Iban hablando de todo lo que había pasado. 15 Mientras conversaban y discutían, Jesús mismo se acercó y comenzó a caminar con ellos. (Lucas 24:13-35 DHH)

 

1.- Caminar juntos.

Dos discípulos de Cristo, probablemente de los 72 que Jesús mismo escogió después de los apóstoles estaban probablemente huyendo de Jerusalén. Era razonable que huyeran, a su maestro lo habían asesinado, los apóstoles estaban escondidos, el ambiente estaba cargado de dudas, miedos e inseguridad. Así que estos dos hombres decidieron buscar otro lugar mientras las cosas se calmaban. En el camino dice la biblia que ellos van platicando. ¿Qué platicarían? ¿Se estarían ayudando y animando mutuamente? ¿Hablarían cosas espirituales y edificantes? Por lo que leemos es probable que no. Es en ese momento donde Jesús mismo entra en sus vidas en la forma de un desconocido (por lo menos para ellos) . Y ¿que es lo que hace Jesús con estos dos hombres? ¿Los comenzó a reprender por su cobardía? ¿Les dijo: Hijos del diablo, ingratos, ¡para esto morí en la cruz!? ¿Los paro en seco y les hecho en cara su falta de compromiso?

¡Absolutamente no! Lo que hizo fue comenzar a caminar con ellos. Solo eso. En el mismo polvoriento camino Sus pies se unieron al de ellos. No llego en un caballo, ni los miro de arriba hacia abajo. Se puso a su lado, a su nivel. Para comprenderlos, darles confianza, simplemente… caminar con ellos.

2.- Menos consejos y mas preguntas.

16 Pero aunque lo veían, algo les impedía darse cuenta de quién era. 17 Jesús les preguntó:

—¿De qué van hablando ustedes por el camino?

Se detuvieron tristes, 18 y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, contestó:

—¿Eres tú el único que ha estado alojado en Jerusalén y que no sabe lo que ha pasado allí en estos días?

19 Él les preguntó:

—¿Qué ha pasado?

Lucas 24:16-19

¿Qué hizo Jesús después de comenzar a andar con ellos? Comenzó a indagar en sus mentes y corazones. Preguntas y mas preguntas. Les pregunto de lo que iban platicando, de los sucesos recientes. ¿Para que preguntaba Jesús estas cosas? Algo que es fundamental a la hora de tratar de ayudar a otra persona es el arte de hacer preguntas. Existen preguntas que lo que buscan es información: ¿qué hora es?, otras las podemos hacer para culpar o para hacer sentir mal a la otra persona: ¿No te das cuenta que esto que hiciste me hizo enojar? Pero las preguntas poderosas son aquellas que usamos para crear conciencia en la persona que contesta.

Lucas sigue narrando la historia: Le dijeron:

—Lo de Jesús de Nazaret, que era un profeta poderoso en hechos y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo; 20 y cómo los jefes de los sacerdotes y nuestras autoridades lo entregaron para que lo condenaran a muerte y lo crucificaran. 21 Nosotros teníamos la esperanza de que él sería el que había de libertar a la nación de Israel. Pero ya hace tres días que pasó todo eso. 22 Aunque algunas de las mujeres que están con nosotros nos han asustado, pues fueron de madrugada al sepulcro, 23 y como no encontraron el cuerpo, volvieron a casa. Y cuentan que unos ángeles se les han aparecido y les han dicho que Jesús vive. 24 Algunos de nuestros compañeros fueron después al sepulcro y lo encontraron tal como las mujeres habían dicho, pero a Jesús no lo vieron.

La indagación de Jesús sirvió para detectar:

  • El estado emocional, se detuvieron tristes”, narra la biblia.
  • La profundidad de sus creencias: “Era un profeta…” contestaron ellos. Todavía no reconocían a Jesús como el Mesías prometido.
  • Sus expectativas: “Nosotros teníamos la esperanza de…” Una de las cosas que mas daño nos causa a los seres humanos son nuestras expectativas. Muchas de las platicas amargas que escucho comienzan con la frase: ¡Yo esperaba que… Dios me ayudara, que la iglesia fuera un mejor lugar, que aquel líder fue ejemplar, que mi esposo me amara para siempre, que mi hijo me obedeciera siempre, etc., etc., etc. Y ¿qué crees que pasa cuando nuestras expectativas no se cumplen? Frustración, dolor, inseguridad y muchos sentimientos negativos. No es mi interés defender ni disculpar a personas o instituciones que fallan reiteradamente sin arrepentimiento.
  • Sus interpretaciones de la realidad: “hace tres días que paso todo…” Para ellos la cruz fue el final de la historia. Su interpretación de las cosas casi les hace perder la más grande experiencia de todas: ser testigos de la resurrección de su Maestro. Así nos pasa a muchos. Interpretamos de manera pobre y equivocada la realidad y perdemos muchísimas oportunidades, amistades y milagros en nuestras vidas. Preferimos salir antes que ver el final de la película cuando algo no nos gusta.

Por otro lado, saber preguntar nos lleva a aprender a escuchar mejor a la persona que tengo enfrente de mi. Solo si aprendo a escuchar realmente podre ayudar de forma efectiva.

Dietrich Bonhoeffer, escribió una vez que muchas personas están buscando un oído que escuche. Dijo que «frecuentemente no lo encuentran entre los cristianos, debido a que son muy inclinados a hablar, sin embargo, el que ya no puede escuchar a su hermano, pronto ya no podrá escuchar tampoco a Dios».

3.- Mas enseñanza y menos ¡yo pienso que tu debes..!

25 Entonces Jesús les dijo:

—¡Qué faltos de comprensión son ustedes y qué lentos para creer todo lo que dijeron los profetas! 26 ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado?

27 Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas.

Considero que uno de los errores mas comunes en las relaciones de discipulado es dar prioridad a ideas personales o asuntos de opinión y dejar a un lado a los principios enseñanzas eternas de nuestros Dios. Después de escuchar y saber correctamente lo que pasaba por la mente y los corazones de los discípulos ahora si Jesús comenzó a enseñarles, no antes. Si nos fijamos el siguió haciendo preguntas: 26 ¿Acaso no tenía que sufrir el Mesías estas cosas antes de ser glorificado? Jesús quería hacerlos recordar las cosas que ellos ya sabían de antemano pero que por las circunstancias, el dolor y la confusión era probable que hubieran olvidado ya.

¿Cuántas escrituras uso Jesús para ayudar a estos dos hombres? Lucas lo dice así: 27 Luego se puso a explicarles todos los pasajes de las Escrituras que hablaban de él, comenzando por los libros de Moisés y siguiendo por todos los libros de los profetas. Esto habla muchísimo de la preparación de Jesús en las escrituras y como estaba preparado para poder enseñar de forma correcta en cualquier momento.

No es ninguna sorpresa encontrar cristianos tan débiles llenado las sillas de las iglesias. ¿Ellos quieren ser débiles y huidizos? En parte es su responsabilidad, pero al mismo tiempo necesitamos evaluar nuestra forma de ayudar a aquellos que nacen de nuevo. Pregúntate lo siguiente:¿Usas más las frases: “Yo creo”, “yo pienso”, “a mi me paso”, “como yo lo resolví” en lugar de enseñar firme, sana y coherentemente la palabra de Dios?, ¿Tu lectura bíblica alcanza como para estar preparado para enseñar, animar, corregir o reprender en el momento oportuno?

En esta parte es muy obvia la confrontación que Jesus realizo: —¡Qué torpes son ustedes —les dijo—, y qué tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! Lucas 24:25 (NVI)

El problema es que muchos cristianos solo les gusta o han aprendido a confrontar sin tener la capacidad de enseñar las escrituras. Muchos de nosotros vemos el reprender a una persona como un acto de amor, pero es un acto incompleto si no esta unido a muchos otras acciones como la de escuchar primero y enseñar correctamente.

Si no es así es mejor no engañarse, porque solo podemos hacer discípulos de Jesús de la forma que él lo hizo.

4.- Respeto por el proceso de cada individuo.

Como podemos darnos cuenta Jesús acepto a estos dos hombres. Jesús sabia que ellos habían llegado a una conclusión falsa, pero no los condeno, sino que los acepto como personas valiosas aún cuando tenías ideas incorrectas.

El cristianismo es un proceso, no un producto. Es muy común tratarnos unos a otros mas con si fuéramos productos o cosas que ya deberíamos estar terminados. Todo cristiano es una obra en proceso. Una obra no terminada. Nuestro proceso de transformación terminara un día en la presencia de Dios en el cielo. Hasta entonces como seguidores de Cristo, nosotros también tenemos la responsabilidad de aceptar a los demás aunque no piensen como nosotros, sin que eso signifique que aceptamos sus errores, ni su pecado.

Pero la simple conciencia de mirar a la otra persona como un proceso lo cambia todo a la hora de brindar consejería o discipulado espiritual. Como coach de vida para mi es una regla escuchar a las personas que recurren a mi por ayuda y preguntarme ¿en que etapa de vida se encuentra la persona? Jesús enseño a sus discípulos que pusieran atención a los detalles frente a ellos: Aprendan de la higuera esta lección: Tan pronto como se ponen tiernas sus ramas y brotan sus hojas, ustedes saben que el verano está cerca. Mateo 24:32

En otra ocasión al referirse de las señales de los tiempos, “Luego añadió Jesús, dirigiéndose a la multitud: —Cuando ustedes ven que se levanta una nube en el occidente, en seguida dicen: “Va a llover”, y así sucede”. Lucas 12:54

¿Cuánto cambiaria la forma de ayudarnos unos a otros si aprendemos a mirar las “señales” o las “etapas” que una persona esta viendo, en lugar de tratar a la gente como si todos fuéramos iguales o estuviéramos pasando por las mismas cosas?

5.- Un facilitador de la enseñanza, no un dictador.

Una de las definiciones que más se necesitan en el liderazgo de nuestros días es esta: ¿Soy un facilitador o un dictador?

Para que todos aquellos que tenemos la enorme dicha y bendición de ser instructores, maestros, lideres, predicadores, padres y todo aquel que desde su posición tiene el poder de afectar la vida de alguien más, es suma importancia preguntarnos: ¿Quién soy yo en este momento?

Un estudio acerca de la adaptación y su relación con la motivación revela que “las personas a las que otros individuos mandan, coaccionan y controlan tienden a ser emocionalmente pobres e insensibles a las esperanzas y aspiraciones alojadas dentro de sus necesidades psicológicas internas” (Deci, 1995) En pocas palabras: “Estar bajo el control de otros arruina la capacidad de la persona para generar motivación por sí misma”.

En contraste cuando los estudiantes se emocionan con la escuela, cuando los trabajadores confían en sus habilidades y cuando los atletas se ponen objetivos más altos, entonces los maestros, supervisores y entrenadores pueden tener la seguridad de que cada una de estas personas podrá adaptarse con éxito a su ambiente único. La gente con una motivación de alta calidad se adapta bien y prospera; la gente con déficits motivacionales fracasa.

28 Al acercarse al pueblo adonde se dirigían, Jesús hizo como que iba más lejos. 29 Pero ellos insistieron:

—Quédate con nosotros, que está atardeciendo; ya es casi de noche.

Así que entró para quedarse con ellos. 30 Luego, estando con ellos a la mesa, tomó el pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio. 31 Entonces se les abrieron los ojos y lo reconocieron, pero él desapareció. 32 Se decían el uno al otro:

—¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?

Lucas 24:28-32 (NVI)

En esta parte de la escritura Lucas nos deja ver como Jesús después de caminar con ellos, de escucharlos, reprenderlos y enseñarles, hizo como que ya se iba más lejos. Pero Jesús, ¿no les vas a decir que deben hacer? ¡No seas irresponsable! ¿Las personas necesitan que se les de dirección todo el tiempo? Sin duda Jesús dicto mandatos específicos que provenían de la palabra de Dios, pero en este momento no lo hizo, permitió que estos hombres tomaran sus decisiones. Aun la decisión de seguir pasando tiempo junto o no. Y como leemos, fueron ellos los que le pidieron que se quedara a cenar. ¿Por qué alguien después de ser llamado “torpe” y “lento para entender” querría seguir con la persona que lo reprendió de tal manera?

La respuesta es sencilla: ¡Estaban inspirados! En sus propias palabras: 32 Se decían el uno al otro: —¿No ardía nuestro corazón mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las Escrituras?

El discipulador que funciona mas como un facilitador de la enseñanza, motiva a que las personas saquen lo mejor de ellos mismo. El dictador, como su nombre lo dice solo dicta lo que se tiene que hacer. Este es el tipo de líder acostumbrado a dar ordenes y adoctrinar a las personas a su alrededor. El riesgo que se corre es el de terminar tratando a las personas como objetos que una vez que los usamos y dejan de funcionar, pueden ser fácilmente desechados. Al final no se produce motivación, ni una verdadera transformación como sucedió en el caso de Jesús y sus discípulos.

6.- Los verdaderos cambios vienen solo por las decisiones personales.

33 Al instante se pusieron en camino y regresaron a Jerusalén. Allí encontraron a los once y a los que estaban reunidos con ellos. 34 «¡Es cierto! —decían—. El Señor ha resucitado y se le ha aparecido a Simón.» 35 Los dos, por su parte, contaron lo que les había sucedido en el camino, y cómo habían reconocido a Jesús cuando partió el pan. Lucas 24:33-35 (NVI)

Como vimos en el punto anterior, Jesús los deja sin haberles dado una instrucción especifica, por lo menos eso es lo que nos deja ver Lucas. Fueron ellos mismos los que después de que Jesús desaparece, toman la decisión de regresar a Jerusalén. ¡Pero si están huyendo de allí! Si, es verdad, pero ahora tienen nuevos ojos y nuevos pensamientos. ¿Qué hubiera pasado si Jesús les ordena regresar a Jerusalén, pero sin haber entrado en sus vidas como lo hizo? ¿Qué tal si la orden hubiera sido: Regresen, dejen su cobardía y animen a los demás diciéndoles que estoy vivo? ¿Qué tan efectivos hubieran sido estos dos discípulos en el estado emocional, mental y espiritual en que se encontraban? No lo sabemos, de lo que si podemos estar seguros es el resultado que la Biblia nos deja ver de esta interacción.

Ahora tenemos dos hombres llenos de fe, que toman sus propias decisiones, que ahora declaran abiertamente la resurrección de Jesús y su renovada fe en Él. Este es el resultado del discipulado: Transformación.

7.- El héroe es el discípulo, ¡nadie más!

Algunos de nosotros podemos llegar a pensar erróneamente que ¡gracias a mi ayuda es por lo que las personas cambian! Es muy seguro que podemos ser buenas herramientas, pero la verdadera transformación de una vida es gracias a las decisiones personales de cada quien. Por muy bueno que sea un maestro, o consejero o discipulador, pero la persona no quiere cambiar, no lo hará. Pero si junto con la correcta ayuda la persona esta hambrienta de cambiar es seguro que lo hará y enfrentara lo que tenga que enfrentar. Así que este es un llamado a no caer en la tentación de créenos mas allá de lo que somos: herramientas en las manos del Maestro. El héroe y protagonista de su propio camino es cada uno de nosotros.

Este post fue inspirado hace muchos años atrás mientras leía un libro titulado: “Consejería Cristiana Efectiva” del autor Gary Collins. El desarrolla en su libro la importancia de la consejería en la iglesia cristiana y su impacto en el crecimiento espiritual de los individuos.

Es mi oración que como cristianos sigamos teniendo una “insatisfacción santa” o como Jesús lo dijo: Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Mateo 5:6 (NVI)

Si nunca perdamos el hambre por crecer, por aprender, por seguir conociendo a ese Dios eterno. De esta manera y si Él lo permite podremos entonces evolucionar a un discipulado 2.0

Bendiciones

CREENCIAS LIMITANTES

CREENCIAS LIMITANTES

Creencias limitantes

 «Las creencias son órdenes incuestionadas que nos dicen como son las cosas, qué es posible y que no lo es, qué podemos hacer y que no. Configuran cada una las acciones, pensamientos y sentimientos que experimentamos.»

 

Este no es un post de corte religioso, es verdad que soy cristiano pero también soy Life Coach y al hablar el día de hoy del tema de Creencias, les anticipo que cuando uso la palabra “creencia” no estoy haciendo ninguna referencia a ningún tema de fe en términos de religión.

Pero aún como ministro y coach me interesa escribir de este tema ya que todo el tiempo trato con personas y estas personas viven con creencias que los pueden limitar en sus vidas y a la vez estas mismas personas forman familias, organizaciones e iglesias.

Uno nunca sabe si nuestros gobernantes, policías, maestros, predicadores, lideres religiosos, médicos, abogados, gerentes o cualquier persona con la que interactuemos en el día a día, son seres humanos llenos de estas ideas que llamaremos “creencias limitantes” ¿Qué significa eso? ¿Cómo ese tipo de creencias tienen impacto en mi? ¿Cómo puedo cambiar si soy alguien con vive con creencias limitantes? De esto intenta tratar este post.

 

¿Qué son las creencias?

La Real Academia Española (RAE) define a la creencia como: el firme asentimiento y conformidad con algo.

La creencia es la idea que se considera verdadera y a la que se da completo crédito como cierta.

En las palabras de Anthony Robbins, las creencias son órdenes incuestionadas que nos dicen como son las cosas, qué es posible y que no lo es, qué podemos hacer y que no. Configuran cada una las acciones, pensamientos y sentimientos que experimentamos.

Existen creencias potencializadoras y creencias limitantes. Las primeras son aquellas ideas que nos ayudan a sacar lo mejor de nosotros mismos, las segundas ponen grilletes y cadenas en nuestras manos y pies. Las creencias limitantes paralizan y lo peor es que ofrecen razones para vivir de esta manera: limitados y creyendo que eso esta bien y no podremos hacer nada al respecto.

Henry Ford decía una frase que resume muy bien este tema: “Si crees que puedes, tienes razón; si crees que no puedes, tienes razón”.

 Algunos ejemplos de creencias limitantes que nos decimos constantemente:

  • El que no tranza no avanza”
  • “Todos tienen un precio”
  • “Toda la gente miente”
  • “El que nace para maceta del corredor no pasa”
  • “Yo no nací para hablar en publico”
  • “Nunca seré un buen padre o madre”
  • “La letra con sangre entra” (¿Quién se acuerda de esta? Aouch!)
  • «Soy un tonto» (algo que muchos repiten cuando comenten un error)
  • Y muchos más etcéteras.

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¿De donde nacen nuestras creencias?

La mayoría de nuestras creencias son generalizaciones sobre nuestro pasado, basadas en las interpretaciones de experiencias dolorosas y placenteras.

Lo que pudimos o no pudimos hacer y que se transforma en una profecía para nuestro presente y futuro y con ella nos saboteamos a nosotros mismos.

En términos prácticos es cuando éramos niños escuchamos algo como: “Pedrito, tu nunca servirás para la escuela”, Cuando una madre enojada grita a su hijo: “Eres igual que tu padre” el gran drama de esta frase es cuando el padre es borracho, irresponsable, violento y alejado; por consiguiente aquella frase entra en la mente del pequeño con la posibilidad de convertirse en una profecía para su futuro. Cuando un patrón constantemente le recuerda a su empleado “Tu no sirves para nada, agradece el salario que recibes. Si tu renuncias a tu puesto nadie te contrataría”.

Estos son solo algunos ejemplos de ideas y juicios que otros tienen de alguien más. El problema viene cuando nosotros creemos ó generamos por nosotros mismos ese tipo de ideas y las aceptamos como ciertas para nuestras vidas. Es ahí cuando se vuelven creencias que limitan nuestra vida y desarrollo. Ya que esas ideas van acompañadas de emociones que la mayoría de las veces son dolorosas y por consiguiente difíciles de olvidar.

Déjenme explicar esto con una breve historia que Anthony de Mello escribió:

Cuando, cada tarde, se sentaba el gurú para las prácticas del culto, siempre andaba por allí el gato del ashram (monasterio) distrayendo a los fieles. De manera que ordenó el gurú que ataran al gato durante el culto de la tarde.

Mucho después de haber muerto el gurú, seguían atando al gato durante el referido culto. Y cuando el gato murió, llevaron otro gato al ashram para poder atarlo durante el culto vespertino.

Siglos más tarde, los discípulos del gurú escribieron doctos tratados acerca del importante papel que desempeña el gato en la realización del culto como es debido.

Cuando leo esta historia no puedo evitar preguntarme ¿Cuantos gatos (creencias) hay en mi vida? ¿Qué tal tú? ¿Cuantas cosas haces solo porque otros las hicieron por que funcionaron en su momento pero que ahora es posible que ya no sean necesarias?

No son las circunstancias de nuestras vidas las que nos configuran sino nuestras creencias de lo que significan esas circunstancias.

Si aun no ha quedado claro el poder de las creencias en nuestras vidas, pongamos atención a la siguiente historia:

Era un hombre amargado, cruel, alcohólico y drogadicto que estuvo a punto de matarse en varias ocasiones. En la actualidad cumple una sentencia de cadena perpetua por asesinato. Tiene dos hijos nacidos con apenas once meses de diferencia uno de los cuales creció para ser «justo como el papá»: un drogadicto que vivió del robo y de las amenazas a los demás, hasta que también acabó en la cárcel por intento de asesinato.

Su hermano, sin embargo, tiene una historia diferente: un hombre que educa a tres hijos, disfruta de su matrimonio y parece realmente feliz. Como director regional de una gran empresa nacional, su trabajo le ofrece desafíos y recompensas. Es una persona físicamente delgada, y no es adicto ni al alcohol ni a las drogas.

¿Cómo es posible que estos dos hombres hayan resultado ser tan diferentes después de haber crecido ambos en el mismo ambiente?

A ambos se les preguntó en privado, sin que supieran que también se le había preguntado al otro: «¿Por qué ha dirigido su vida por éste camino? Sorprendentemente ambos dieron la misma contestación:

¿En que otra cosa podría haberme convertido después de haber crecido con un padre como el mío?

Esta respuesta refleja como cada ser humano es responsable de su vida actual de acuerdo a las creencias o ideas que dirigen sus pensamientos.

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Es tan importante y aun espiritual este tema que la misma Biblia declara: “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.” (Romanos 12:2 DHH)

En primer lugar la escritura nos aconseja a no vivir de acuerdo a criterios de este tiempo. Se define criterio como: Norma, regla o pauta para conocer la verdad o la falsedad de una cosa ó Juicio para discernir, clasificar o relacionar una cosa. En pocas palabras son ideas a las que les otorgamos poder y autoridad sobre nuestras vidas.

En segundo lugar y lo más importante es que solo cambiando tu manera de pensar, podrás cambiar tu manera de vivir. Tu manera de pensar puede llevarte a crecer, a dar, a amar, a perdonar y ayudar o por otro lado, puede también condenarte a vivir amargado, frustrado, paralizado, presa de tu pasado y del rencor.

Por ejemplo una de las creencias mas poderosas en las organizaciones, llámense empresas, familia o iglesias  es la idea de que es necesario controlar las cosas especialmente en las crisis. Muchos tenemos miedo a esta palabra: CRISIS. Así que a mayor crisis mayor control, es la creencia que reina en muchísimos lugares. Esta creencia nos limita porque por tratar de ejercer mayor control, terminamos matando o haciendo a un lado la flexibilidad o la libertad que son dos cosas donde nacen mejor la creatividad, la comunicación efectiva y la confianza.

Cuando tratamos de controlar todo: a nuestros hijos, a nuestras parejas, a nuestros colaboradores y empleados o miembros de nuestras congregaciones, entonces estamos limitando que ellos realmente crezcan y que se expandan todos los talentos, capacidades y ambiciones que cada individuo tiene por naturaleza.

Al suceder esto entonces las personas recurrimos a estrategias de supervivencia las cuales son: la necesidad de luchar, rendirse, salir corriendo ó no hacer nada. Cuando individuos están en alguna de estas 4 etapas quiere decir que algo no esta bien en el medio ambiente en que se desarrollan. Y sobre todo son síntomas de que creencias limitantes dominan sus mentes y su entorno.

Por el lado contrario, aquellos que no viven bajo la tiranía de las creencias limitantes, son personas libres para tomar riesgos, se anticipan a las cosas ya que no viven estancados en la idea que “solo existe una manera de hacer las cosas”.

Cuando tenemos la creencia de la necesidad del control entonces también estamos mandando el mensaje de que las personas (hijos, familia, empleados, miembros, etc.) no poseen la suficiente capacidad para tomar sus propias decisiones en la etapa de vida que se encuentren. Un mensaje que conscientemente no es el que queremos enviar, pero que terminamos por hacerlo al aferrarnos a esta creencia.

 

Entonces ¿Cual es la creencia correcta?

Eso no importa, lo que importa es: ¿Cuál creencia nos capacita mas?, ¿Cuál nos fortalece o nos debilita?

 

Problemática:

Una enorme dificultad con la que todo individuo u organización se encontrará en el camino de dejar las creencias limitante es que la gente se apega emocionalmente a la mayoría de elementos que producen seguridad o confort ya sea en términos laborales, familiares o de cualquier otra índole, lo cual dificulta los cambios.

 

Soluciones:

La primera es buscar creencias que nos den poder en lugar de limitarnos, las siguientes son básicas para iniciar el cambio:

 TRES CREENCIAS ACERCA DE MI RESPONSABILIDAD PARA CAMBIOS PERDURABLES:

  • Creer: “Algo tiene que cambiar”. (No es pensar que “Algo debería” o “Algo podría cambiar”. Mas bien es Algo tiene que cambiar” ¡SIN OPCIONES!)
  • Creer: “Tengo que cambiarlo” (Vernos como los responsables del cambio, para no buscar responsables o culpables afuera).
  • Creer: “Puedo cambiarlo”. (Abrirnos a la posibilidad del cambio)

 

La segunda solución es estar consciente que para que una organización o persona se reinvente a sí misma es preciso que ponga en tela de juicio sus supuestos, visiones, estrategias e identidades básicas. Y solo podemos lograrlo si nos hacemos preguntas sinceras y poderosas.

 

Cuestionar las creencias:

Si haz decidido emprender el camino del cambio, primero que nada toma papel y lápiz e identifica de forma clara las creencias que te das cuenta que te limitan, escríbelas de la forma mas sencilla posible, por ejemplo: “Yo nunca podre hablar en publico

El segundo paso consiste en contestar las siguientes preguntas de la forma más sincera posible:

  • ¿Cómo es de ridícula o absurda esta creencia?
  • La persona de la que aprendí esta creencia, ¿valdría la pena imitarla en este ámbito en particular?
  • ¿Qué me costara emocionalmente no desprenderme de esta creencia?
  • ¿Cuál será el costo para mis relaciones sino me desprendo de esta creencia?
  • ¿Cuál será el coste físico sino me desprendo de la creencia?
  • ¿Cuale será el costo financiero?
  • ¿Cuál será el costo para mi familia y seres queridos sino me desprendo de esta creencia?

 

Este tema es muy extenso pero es mi deseo que este post pueda ser de gran ayuda en tu vida, iglesia u organización. Si esto es así me encantaría saber de que manera este material a logrado ser de beneficio.

Si quieres saber más de este tema puedes dejar tus comentarios o preguntas en este post o en mi correo personal: a.machuca.z@gmail.com

 

Les deseo que tengan un ilimitado y grandioso inicio de semana.

Día 11.  ¡Radiante!

Día 11. ¡Radiante!

Radiante

 

¿Qué acostumbras hacer cuando tienes miedo? Para la gran mayoría de las personas el miedo los paraliza al grado de pagar consecuencias como: perder oportunidades de trabajo por el temor a no poder con la labor, ver alejarse a la persona amada por el miedo a no ser correspondido, otros prefieren vivir enfermos y con dolor por el miedo de ir al doctor y enfrentar algún tratamiento medico. Todos sentimos miedo. La gran diferencia la hace como lo enfrentamos.

El miedo y la inseguridad son dos cosas con las que convivio constantemente. Algo que me ayuda es saber que ser un amigo de Dios no significa que no sienta miedo, sino que ahora tengo la oportunidad de ver e interpretarlo y enfrentarlo de forma completamente diferente.

El psicoterapeuta Norberto Levy, en su libro titulado “La sabiduría de las emociones”, ofrece una valiosa definición del miedo: El miedo es una señal que indica que existe una desproporción entre la magnitud de la amenaza a la que nos enfrentamos y los recursos que tenemos para resolverla.

El miedo puede ser funcional o disfuncional.

¿Qué es el miedo funcional? Es el que además de funcionar como una señal de una desproporción entre la amenaza y nuestros recursos que tenemos para enfrentarla, también pone en marcha la tarea de reequilibrar tal desproporción.

¿Qué es el miedo disfuncional? Es aquel que angustia, inhibe, desorganiza y bloquea la posibilidad de experiencia y aprendizaje. En pocas palabras, nos paraliza.

Hoy por la mañana mientras meditaba en las Escrituras, Dios me llevo al Salmo 34. A continuación les comparto los versos que más impactaron mi corazón, aunque les recomiendo leer todo el capítulo ¡es hermoso!

 

2 Mi alma se gloría en el Señor;

   lo oirán los humildes y se alegrarán.

3 Engrandezcan al Señor conmigo;

   exaltemos a una su nombre.

4 Busqué al Señor, y él me respondió;

   me libró de todos mis temores.

5 Radiantes están los que a él acuden;

   jamás su rostro se cubre de vergüenza.

6 Este pobre clamó, y el Señor le oyó

   y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen;

   a su lado está para librarlos.

8 Prueben y vean que el Señor es bueno;

   dichosos los que en él se refugian.

9 Teman al Señor, ustedes sus santos,

   pues nada les falta a los que le temen.

18 El Señor está cerca de los quebrantados de corazón,

   y salva a los de espíritu abatido.

19 Muchas son las angustias del justo,

   pero el Señor lo librará de todas ellas;

 

Toda la alabanza, el reconocimiento y la gratitud que se puede leer en este bello salmo es grandiosa. Pero obtiene mayor significado cuando podemos saber algunos detalles más, como:

¿Dónde estaba David cuando escribió este salmo? ¿Qué estaría sucediendo en la vida de este amigo de Dios? ¿Qué le provocaría tanta angustia, ansiedad y miedo? ¿Cómo fue que Dios lo libro de todos sus temores? ¿Cómo fue que David vio al ángel del Señor acampando a su alrededor para protegerlo?

 

La respuesta la encontramos en: 1 Samuel 21:10-12 (NVI) donde la biblia relata lo siguiente:

10 Ese mismo día David, todavía huyendo de Saúl, se dirigió a Aquis, rey de Gat. 11Los oficiales le dijeron a Aquis:

—¿No es éste David, el rey del país? ¿No es él por quien danzaban, y en los cantos decían:

«Saúl destruyó a un ejército,

   pero David aniquiló a diez»?

12 Al oír esto, David se preocupó y tuvo mucho miedo de Aquis, rey de Gat.

 

David esta en una situación en la que peligra su vida. Por un lado esta huyendo de Saúl, rey de Israel; lo cual no solo es de por si difícil sino que emocionalmente doloroso, ya que es su suegro y su rey al mismo tiempo. Al verse obligado a escapar a otras tierras, llega al territorio de los filisteos, sus archienemigos; pero no solo eso, sino que a la misma ciudad donde había nacido Goliat, aquel gigante que años atrás había vencido con valor, fe y una honda.

La imagen que rápidamente tenemos todos cuan escuchamos el nombre del Rey David es un joven osado, valiente, sabio, desafiante, lleno de confianza que se convirtió en un héroe nacional y por consiguiente en una leyenda viviente.

Pero tiempo mas tarde lo encontramos temeroso, angustiado y lleno de miedo ya que su vida esta en peligro. En este escena vemos como algunos hombres de Gat reconocieron a David e inmediatamente vinieron todos los recuerdos de cómo él había asesinado a su campeón Goliat. Así que era fácil imaginarse que tal vez David se encontraba en la ciudad para asesinar a su rey o querer conquistar la misma ciudad. Sin duda la vida de David corría peligro.

Pero una de las lecciones que podemos encontrar en la vida de este querido amigo de Dios es su altísima devoción y confianza que David deposita en Dios en esos momentos. El salmo 34 fue escrito en este contexto. Como una muestra de gratitud y reconocimiento a Dios por librarlo de sus enemigos y confortar su corazón en los momento de mayor angustia. Pero la pregunta sigue en el aire ¿Cómo fue librado David de aquel momento de peligro?

Los versos 13 al 14 son la respuesta de cómo logro David enfrentar aquella amenaza en su vida.

13 Por lo tanto, cuando estaban por apresarlo, fingió perder la razón y, en público, comenzó a portarse como un loco, haciendo garabatos en las puertas y dejando que la saliva le corriera por la barba.

14 Aquis dijo entonces a sus oficiales:

—¿Pero qué, no se fijan? ¡Ese hombre está loco! ¿Para qué me lo traen?

15 Ya tengo suficientes locos. ¡No necesito ni uno más que venga a hacer sus locuras delante de mí! ¡No dejen que entre a mi casa nunca más!

 

David se hizo el loco para salvar su vida. ¿Cómo es que el rey se convence de la actuación de David? ¿Cómo es que los hombres del rey ya no insisten en querer atraparlo? Sin duda la mano de Dios obro de la manera que solo el sabe para salvar a su siervo.

Esta parte de la vida de David no solo nos enseña que debemos depositar toda nuestra confianza y seguridad en nuestro Dios sino que también necesitamos muchas veces actuar con locura y tomar decisiones fuera de lo común y dejarle el resultado a Dios.

Recordemos que el miedo puede ser funcional cuando nos ayuda a buscar la salida y a encontrar los recursos necesarios para enfrentar las amenazas en nuestra vida. Eso fue lo que sucedió con David, su miedo lo llevo a confiar en Dios y ha actuar, como un loco pero al final a actuar.

El miedo puede ser disfuncional cuando nos termina paralizando y obstruyendo la oportunidad de aprender y transformarnos. Dios nos muestra por medio de esta historia que ser disfuncional no es parecer loco, sino es cuando no hacemos nada por cambiar o por salir de la situación en la que nos encontramos.

Según dicen Albert Einstein definía la locura como: HACER LO MISMO UNA Y OTRA VEZ, ESPERANDO RESULTADOS DIFERENTES.

David sabia que no era momento de tomar una honda y tirársela a la cabeza de alguien, aquel momento ameritaba algo extraordinario.

En lo personal este pasaje me confirma una vez más que la biblia no es un libro de formulas mágicas donde si hacemos A y B obtendremos automáticamente C. No es como los libros de superación personal de nuestros días que nos ofrece “las 5 leyes del éxito espiritual”. No es así. Sino más bien es el testimonio de cómo muchas veces lo que hace la verdadera diferencia es atrevernos a hacer cosas diferentes en total dependencia de nuestro Dios.

Algunos les gusta el orden, las reglas y las formas establecidas, pero otros nos gusta experimentar, arriesgar y romper los paradigmas. Como sea, el poder no esta en nuestras acciones, ya sean valientes, llenas de fe, arriesgadas, locas o sabias. El poder esta en las siguientes declaraciones llenas de seguridad y confianza, como las que solo en un gran amigo podemos declarar:

 

6 Este pobre clamó, y el Señor le oyó

   y lo libró de todas sus angustias.

7 El ángel del Señor acampa en torno a los que le temen;

   a su lado está para librarlos.

 

¿Algo llena de miedo tu corazón el día de hoy? Tal vez es hora de actuar con locura y dejarle lo demás a nuestro gran y poderoso Amigo.

 

Y sobre todo nunca olvides que:

5 Radiantes están los que a él acuden;

  jamás su rostro se cubre de vergüenza.

 

La próxima vez que veas a un amigo de Dios con cara de loco y tirando saliva, recuerda que ellos son los mas cercanos a tener un rostro RADIANTE. Tú y solo tú puedes decidir como usar tu temor.

Día 9. Los amigos hablan bien uno del otro

Día 9. Los amigos hablan bien uno del otro

Hablar bien

Día 9. ¿Alguna vez haz escuchado a una persona hablar mal de sus propios amigos? ¿Qué sientes? ¿No es algo triste y hasta deprimente ser testigo de algo tan bajo?

Como ya nos hemos dado cuenta en esta serie, Dios tiene amigos y por consiguiente Él sabe ser un buen amigo. Y una de las características que más ternura me dan es cuando leo como Dios presume a uno de sus amigos. Ver a Dios hablando bien de un ser humano es simplemente un cuadro hermoso.

Llegó el día en que los ángeles debían hacer acto de presencia ante el Señor, y con ellos se presentó también Satanás. Y el Señor le preguntó:

—¿De dónde vienes?

—Vengo de rondar la tierra, y de recorrerla de un extremo a otro —le respondió Satanás.

—¿Te has puesto a pensar en mi siervo Job? —volvió a preguntarle el Señor—. No hay en la tierra nadie como él; es un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal.

Job 1:6-8 (NVI)

Los dos símbolos de nuestro universo están cara a cara. El bien perfecto y la personificación de la maldad están frente a frente y platican. ¿Cuál es el tema de la platica? Un hombre.

Un hombre por el que Dios siente un aprecio especial. Un hombre por el que el Creador del universo se toma la molestia de preguntarle a Satanás si se ha dado el tiempo de pensar, o como dice otra versión de la biblia: “si se ha fijado” en alguien como Job. ¡Wow! Pero eso no es todo, el mismo Dios declara que “no hay nadie en la tierra como Job” ¡Nadie! Lo dijo Dios. Si es no es aprecio, no se que lo pueda ser.

¿Tú como hablas de tus amigos? ¿Qué expresas de ellos aún a tus enemigos?

Tengo la bendición de tener amigos muy queridos. Dios me regalo la amistad de un par de ellos mientras yo cursaba mis estudios universitarios y fuimos parte del mismo ministerio en nuestra iglesia. Compartimos los mismos sueños por servir a Dios y alcanzar este mundo para Cristo. Hemos compartido grandes experiencias. Uno de ellos fue el ministro que nos caso a mi esposa y a mi, y mi otro gran amigo fue mi caballero principal dentro del cortejo de mi boda. Ahora nuestros hijos son amigos. Hemos reído como locos, hemos derramado muchísimas lagrimas juntos, sacrificamos nuestras carreras juntos, hemos hechos toda clase de locuras y tonteras juntos. En resumen ¡somos amigos!

Pero mis amigos son humanos y yo también. Nos equivocamos, cometemos errores y fallamos. Cuando eso pasa, la tentación de hablar mal puede llegar como una serpiente que te invita a tomar el veneno del chisme, de difamación y así denigrar a aquellos con los cuales has compartido tantas vivencias juntos.

La biblia enseña que Dios es amor y que además El no puede traicionarse a sí mismo. Así que es por eso que podemos ver al ser más perfecto, puro, recto y santo hablando bien de un simple ser humano como Job y no solo hablando bien de él, sino exaltándolo ante su corte celestial.

¿Haz tenido alguna vez a un amigo del cual te sintieras tan orgulloso que lo presumas a todo el mundo? Bueno, aquí vemos un buen ejemplo de esto. Dios mismo esta presumiendo a su amigo Job ante el tentador.

¿Cuáles eran las palabras de Dios acerca de Job? “es un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal.”

Dios al hablar de Job, describe sus cualidades. Dios ve lo bueno de Job. Él esta orgulloso de su amigo y tiene que contárselo a todos. No importa aún que las personas que lo estén escuchando no estén de acuerdo con él.

En el verso 9 Satanás replicó:

—¿Y acaso Job te honra sin recibir nada a cambio? 10 ¿Acaso no están bajo tu protección él y su familia y todas sus posesiones? De tal modo has bendecido la obra de sus manos que sus rebaños y ganados llenan toda la tierra. 11 Pero extiende la mano y quítale todo lo que posee, ¡a ver si no te maldice en tu propia cara!

Satanás veía al amigo de Dios de una manera muy diferente. Cuestionaba la pureza de la devoción de Job y los motivos de su amor por Dios.

Cuando hablamos de alguien hablamos de nosotros mismos. Esto es todo un desafío ya que no es fácil estar conscientes de que al hablar mal de un amigo en primer lugar nos denigramos a nosotros mismos. Nos convertimos en traidores. Nos volvemos cobardes, dando la espalda al otro ser humano que un día puso su confianza en nosotros.

Esta es otra de las razones que proveen inspiración a mi corazón en la búsqueda de llegar a ser un gran amigo de Dios. Hoy me pregunto ¿Qué hablará Dios de mi? ¿Qué verá en mi? Cuando la monstruosa cara de la culpa se asoma y trata de desanimarme diciendo que no valgo la pena y que nunca seré lo suficientemente bueno, es entonces cuando recuerdo: ¡Dios nunca habla mal de sus amigos! Y si Dios es mi amigo ¿qué importa lo que piensen los demás?

 

Desafío de este día:

  • Habla bien de tus amigos. Presúmelos.
  • Habla claramente de sus cualidades y exáltalos ante todos, aún ante aquellos que los critican y desprecian.
  • ¡Nunca, nunca te avergüences de tus amigos!
  • Recuerda que si son verdaderos amigos, ellos te han dado algo que nunca más podrán recuperar: Su tiempo.

 

Bendiciones desde Boston