
Quiero compartir con cada uno de ustedes uno de los capítulos de mi libro «FIEL. Un llamado a la Firmeza», que aparecerá muy pronto como ebook. Dos años atrás mi libro fue publicado en formato impreso pero ahora al ver el gran interés que varios amigos y hermanos en diferentes lugares, han tenido por adquirir el libro he decidido publicarlo en formato electrónico.
He aquí uno de los capítulos, espero que lo disfruten y pueda ser de ayuda en su caminar con Jesús.
NUNCA ESTARAS SOLO
«Yo soy quien te manda que tengas valor y firmeza. No tengas miedo ni te desanimes porque yo, tu Señor y Dios, estaré contigo dondequiera que vayas.”»
(Josué 1.9, DHH)
Mi segundo nombre es Josué. Así que la anterior escritura es una de las que más me han dedicado a lo largo de mi vida cristiana y sin duda es una de las escrituras que más me inspiran y me levantan de los momentos cuando me siento solo y el desanimo me grita que no puedo más.
Se cuenta que los indios Cherokee practican un rito por medio del cual los niños varones de la tribu pasan de la adolescencia a la madurez.
El ritual comienza cuando el padre le lleva al bosque, con los ojos vendados y le deja solo. Él tiene la obligación de sentarse en un tronco toda la noche y no quitarse la venda hasta que los rayos del sol brillan a través de la mañana.
Él no puede pedir auxilio a nadie. Una vez que sobrevive la noche, él ya es un hombre. Él no puede hablar a los otros muchachos acerca de esta experiencia, debido a que cada chico debe entrar en la masculinidad por su cuenta.
El niño está naturalmente aterrorizado. Él puede oír toda clase de ruidos. Bestias salvajes que rondan a su alrededor. Quizás algún humano le puede hacer daño. Escucha el viento soplar y la hierba crujir, a pesar de todo esto él necesita permanecer sentado estoicamente en el tronco, sin quitarse la venda. Ya que es la única manera en que podrá llegar a ser un hombre. Si quiere pasar la prueba necesita ser completamente fiel a las órdenes que su padre le ha dado.
Por último, después de una horrible noche, el sol aparece y al quitarse la venda, es entonces cuando descubre, algo que lo sorprende y que tal vez no espera: a su padre sentado junto a él. Su padre veló toda la noche, para proteger a su hijo del peligro.
«¡Nadie es santo como tú, Señor! ¡Nadie protege como tú, Dios nuestro! ¡Nadie hay fuera de ti!»
(1º Samuel 2.2, DHH)
Charles R. Swindoll, en un pequeño libro llamado “Aliéntame”, escribe: “El desaliento. ¿De dónde viene?…No se todas las razones, pero si se una: No tenemos refugio. Los refugios son difíciles de encontrar en estos días…”
No existe nada tan poderosamente destructivo para la fe de un hijo de Dios que el desanimo arraigado en el corazón y la mente. Esa víbora no desaprovecha ninguna oportunidad para susurrarnos al oído: “No puedes”, “Eres un fracaso”, “nunca lo lograras, mejor ya déjalo así”, “nunca debiste haberte bautizado”, “Dios ya no te ama, eres demasiado malo para él”.
El desanimo corroe los mismísimos cimientos de nuestra fe. No deja nada en su camino, es corrosivo y terriblemente venenoso. El ser humano esta tan acostumbrado a este estado emocional y espiritual, que prefieren llamarle enfermedad: Depresión, estrés, etc. Son tantas las personas que no encuentran un refugio para sus almas atormentadas y sus mentes cargadas de dolor y duda que lo único que se puede hacer es mandar a la gente a terapia o llenarla de fármacos que adormezcan los síntomas y los sentidos, sin poder arreglar el problema de fondo. El cantautor Facundo Cabrales tiene una narración que anexo a continuación, por su mensaje poderoso y revelador en cuanto a este tema de la depresión:
NO ESTAS DEPRIMIDO ESTAS DISTRAIDO.
Distraído de la vida que te puebla. Tienes corazón, cerebro, alma y espíritu, entonces ¿cómo puedes sentirte pobre y desdichado?
Distraído de la vida que te rodea, delfines, bosques, mares, montañas, ríos…
…
NO ESTAS DEPRIMIDO ESTAS DISTRAIDO.
Por eso crees que perdiste algo, lo que es imposible porque todo te fue dado, no hiciste ni un solo pelo de tu cabeza, por lo tanto no puedes ser dueño de nada.
Además la vida no te quita cosas, te libera de cosas, te aliviana para que vueles más alto, para que alcances la plenitud.
De la cuna a la tumba, es una escuela, por eso lo que llamas problemas son lecciones y la vida es dinámica, por eso está en constante movimiento.
Por eso sólo debes estar atento al presente, por eso mi madre decía: “Yo me encargo del presente, el futuro es asunto de Dios”.
Por eso Jesús decía: “el mañana no interesa, él traerá nueva experiencia, a cada día le basta con su propio afán”.
No perdiste a nadie, el que murió simplemente se nos adelantó, porque para allá vamos todos. Además lo mejor de él, el AMOR, sigue en tu corazón.
…
No encuentras la felicidad y… ¡es tan fácil!…
Haz sólo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama, está bendito y condenado al éxito, que deberá llegar cuando deba porque lo que debe ser será, y llegará naturalmente.
…
Dios te puso un ser humano a cargo y ese eres tú. A ti debes hacerte libre y feliz. Después podrás compartir la vida verdadera con los demás. Recuerda a Jesús: “amarás al prójimo como a ti mismo”. Reconcíliate contigo, ponte frente al espejo y piensa que esa criatura que estás viendo es obra de Dios y decide ahora mismo ser feliz porque la felicidad es una adquisición, no algo que te llegará de afuera. Además, la felicidad, no es un derecho sino un deber, porque si no eres feliz estas amargando a todo el barrio.
…
Si tienes cáncer o SIDA, pueden pasar dos cosas, las dos son buenas. Si te gana ¡te liberas del cuerpo que es tan molesto!. “Tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo dudas”. Si le ganas a esto; serás más humilde, más agradecido, por lo tanto fácilmente feliz, libre del tremendo peso de la culpa, la responsabilidad y la vanidad, dispuesto a vivir cada instante profundamente, como debe ser.
NO ESTAS DEPRIMIDO, ESTAS DESOCUPADO.
Ayuda al niño que te necesita, ese niño será socio de tu hijo. Ayuda a los viejos y los jóvenes te ayudarán cuando lo seas. Además el servicio es una felicidad segura, así como gozar de la naturaleza y cuidarla para el que vendrá.
Da sin medida y te darán sin medida. Ama hasta convertirte en lo amado, y más aún, hasta convertirte en el mismísimo AMOR. Que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas.
…
NO ESTAS DEPRIMIDO, ESTÁS DISTRAÍDO
Concuerdo con lo anterior. ¿Cómo puede un hijo de Dios dejarse llevar por el desaliento y la depresión? La única respuesta razonable es que su mirada esta puesta en tantas cosas menos en donde debería estar puesta: en Dios, en su compañía, en su gracia y su perdón, en su amor incondicional y en su cariñoso trato para con nosotros.
«Pero Dios, que anima a los desanimados, nos animó…»
(2 Corintios 7.6, DHH)
Podría citar miles de ejemplos de cosas que me han hecho sentir desanimo de continuar fiel a Dios. La culpa y el remordimiento de mis propios pecados, los malos ejemplos de otros cristianos, la desesperación cuando veo que algo que le he pedido a Dios no sucede y muchas cosas más. Pero aun no he encontrado alguna razón lo suficientemente poderosa y real como para alejarme de mi creador y de su familia. No creo que exista.
Pero estoy seguro que si vivo distraído y desocupado, será entonces muy fácil caer en las arenas movedizas del desaliento.
Si queremos llegar a la meta y terminar fieles a nuestro Dios, es hora de poner nuestra mirada en el único refugio seguro que podemos encontrar a nuestro alrededor.
“Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza.”
(Salmos 23.4, DHH)
Exactamente es lo que necesitamos en los momentos más oscuros de nuestro peregrinar: Sentir que alguien nos acompaña, que nos estamos solos y sentirnos confiados. Los amigos son regalos de Dios y es muy especial tenerlos a nuestro lado, sentir sus manos sosteniendo las nuestras cuando hemos caído, fallado o simplemente estamos cansados. Tener una esposa o familia cristiana, que nos puede entender y nos sabe animar es más que una bendición, es un milagro en estos días. Todo lo anterior es muy bueno. Pero en el valle de sombra de muerte, en ese estado espiritual en donde nadie puede acompañarte totalmente, ni ir contigo, ni entenderte por completo, solo Dios es de fiar. Solo Él puede hacerte compañía en ese bosque oscuro donde sabes que si sales de ahí, lo harás para ser más fuerte, mas santo, más perfecto. Pero cuando tenemos miedo es como si tuviéramos una venda en los ojos que nos impide ver que nuestro Padre celestial está a nuestro lado en medio de esa oscuridad. Cuando la ansiedad domina nuestro corazón y la duda es lo único seguro, no te quites la venda.
El autor Malcom Gladwell, en su libro titulado Inteligencia Intuitiva, desarrolla una muy interesante y exhaustiva investigación para responder a preguntas como ¿Por qué algunas personas son brillantes a la hora de decidir y otras son torpes una y otra y vez? ¿Por qué algunos triunfan mientras que otros acaban dando un paso en falso? Cuestiones de vital importancia aun para la vida cristiana. El libro trata acerca del poder de la intuición y su poder en la vida diaria. Las conclusiones a las que llega pueden darnos un poco de luz en cuanto al tema de porque tenemos un venda en los ojos. La primera conclusión es que la excitación (agitación) produce ceguera mental y la segunda es la falta de tiempo.
Es muy fácil perder la objetividad y el enfoque correcto de las cosas cuando nuestro corazón y espíritu están agitados. Muchos cristianos han perdido la batalla de la fidelidad por dejarse llevar por un estado emocional bastante excitado. Esa excitación puede venir de un malentendido o diferencia con otro miembro de la iglesia. Alguna ofensa voluntaria o involuntaria, puede hacer que el mar de nuestras emociones se agite de tal modo que nos ahogue en sus turbias aguas. Esto origina que nuestra mente se cierre de tal modo que dejemos de ver con los ojos del espíritu.
Por otro lado muchas de las pésimas decisiones que tomamos en nuestra vida provienen de la falta de tiempo, de la urgencia desproporcionada. Estoy seguro que la mayoría de discípulos que abandonan la fe no se dieron el tiempo suficiente para parar y pensar en lo que estaba haciendo. Esa falta de tiempo, producto de las múltiples distracciones que el mundo ofrece, solo provoca que cerremos nuestra mente y corazón a cualquier acto de Dios para ayudarnos a seguir adelante. Todo esto produce una ceguera que evita que nos percatemos que nuestro Padre celestial siempre estuvo a nuestro lado y que terminemos pensado de manera arrogante –“¡Me voy!, Dios no me cuido ni me libro de las cosas malas, no vale la pena seguir adelante”. Solo hay una palabra para los que piensan de esta manera: ¡Ciegos!
También es muy probable que haya sido plan de Dios que lleves puesta esa venda. Solo así podrá también probar tu fidelidad a sus planes y proyectos para tu vida. Y también solo así, podrá sorprenderte cuando llegue el momento de quitarte por completo lo que cubre tus ojos, y te lleves la sorpresa de tu vida.
Tu padre siempre estuvo ahí, cuidándote, protegiéndote. Nunca estuviste solo, solo tenias cubiertos los ojos.
«pues tú eres mi refugio. ¡Eres como una torre fuerte que me libra del enemigo!»
(Salmos 61.3, DHH)