1ra Parte
1La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. 3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.» Ezequiel 37:1-3 (NVI)
Personalmente el año 2013 fue un año de profunda renovación en todos los sentidos de mi vida; en el ámbito emocional pude lograr reafirmarme como el ser humano que soy logrando mayor seguridad, plenitud y madurez. Espiritualmente encontré mayor libertad en la forma que vivo mi fe y me comprometí a ser un catalizador de transformación tanto para individuos como para cualquier grupo o iglesia que desee desarrollar su visión de las cosas espirituales. En lo material el sólo hecho de vivir en una de las ciudades más hermosas del mundo lo dice todo.
2013 ha sido un gran año. En el ministerio que Dios me permite servir, decenas de personas han llegado al conocimiento de Cristo, solteros jóvenes comienzan a tomar mayor responsabilidad y tenemos muchos sueños para este 2014.
Pero en medio de todas las obras maravillosas que mi Dios me permite ver no puedo ignorar el “valle de huesos secos” que esta frente a mis ojos.
Al pasar tiempo con muchos amigos, al mirar la realidad en momentos de mi corazón, al observar a mi alrededor o al leer los mensajes que tan amablemente comparten conmigo los lectores de este blog y de mi perfil de Facebook, pude sentir un fuego que arde hasta el día de hoy en mi corazón, un fuego como el que sintieron dos hombres en el camino a Emaús mientras que Jesucristo mismo hablaba con ellos. (Lucas 24:32).
Se que para muchos cristianos tratar el tema de “escuchar la voz de Dios” no es algo que se hable por miedo a “parecer un religioso” o terminar siendo guiado por emociones personales, pero necesitamos aceptar que no tendríamos Biblia sin hombres que escucharon la voz de Dios y la obedecieron. Ningún cambio profundo ni duradero puede suceder en la iglesia actual si no es inspirado por la voz de Dios. Si Dios no inspira mi predicación ¡pobres de las personas que dedican su tiempo a escucharme! En resumen: este fin de semana la voz de Dios ha sido más real que nunca en mi vida.
En este tiempo Dios me llevo a Ezequiel 37 y la extraordinaria visión del valle de los huesos secos. #RenovationProject2014 surge de la pasión que Dios ha puesto en mi corazón por ser una herramienta que ayude a renovar lo mas precioso ante los ojos Dios: Su pueblo, sus hijos.
No es de asombrarse que muchos ministerios e iglesias cristianas lucen como un gran valle de Huesos secos: Lideres cansados y agotados, iglesias sedientas de inspiración, cristianos que están dispuestos a mudarse de ciudad o visitar algún otro lugar que les pueda dar un poco de lo que sus corazones buscan. Hay jóvenes incomprendidos por los mayores en la fe, cada vez menos personas desean dedicar sus vidas al servicio del ministerio de tiempo completo. En cambio, hay desconfianza, miedo, culpa, critica, cansancio, aburrimiento y estos son sólo algunos síntomas de ese valle que parece no tener un verdadero fin.
Muchos han escuchado la voz del Señor haciendo la misma pregunta que escuchó Ezequiel y es casi seguro que hemos dado la misma respuesta:
3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.» Ezequiel 37:1-3 (NVI)
Todos conocemos el asombroso final de la visión de Ezequiel, pero eso ahora puede parecer no servir de mucho.
Es mi oración que este inicio de año puedas ser capaz de escuchar la voz de nuestro Dios preguntándote ¿podrá revivir la iglesia de la que eres parte? ¿Volverá a ser tu congregación un manantial inagotable de amor en donde las personas anhelen ser parte de ella? ¿Crees que aquellos hombres y mujeres que antes dedicaron sus vidas como grandes guerreros de la fe y que ahora están olvidados, abatidos y relegados vuelvan a levantarse una vez más? ¿Volverán los jóvenes a soñar con dejarlo todo y dedicar sus vidas a conocer a su Maestro y darlo a conocer? ¿Arderán de pasión nuevamente los corazones congelados por el pecado, la apatía y el descontento? ¿Podrán mirar nuestros ojos el fulgor de los milagros que nuestro Dios es capaz de hacer para dejar de conformarnos con los mediocres destellos de nuestros esfuerzos humanos?
Es posible que por ahora la respuesta no sea un contundente ¡Si! Pero con un «Señor omnipotente, tú lo sabes.» es mas que suficiente.
Ver con los ojos de Dios
Dios escogió a Ezequiel para ser un instrumento de renovación. Lo primero que sucedió fue que el Espíritu de Dios lo tomo y lo llevo a ver una realidad que tal vez nadie mas veía. Es posible que el liderazgo político y religioso del pueblo de Israel se miraran a si mismos como un “buen” pueblo, con sus necesidades pero que saldrían adelante.
La verdadera renovación ya sea individual o grupal solo vendrá cuando nos atrevamos a mirar nuestra vida o nuestra iglesia con los ojos de nuestro Señor.
Ezequiel nos relata su experiencia de esta manera: “Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos”.
Mirar con los ojos de Dios en ciertas ocasiones no es agradable ni placentero, pero será la única forma de alcanzar la renovación. Se que como siervo dentro del pueblo de Dios puedo tener la tendencia a descartar aquellas personas que critican, o que miran las cosas de manera diferente a mi. Donde yo veo algo positivo puede ser que otra persona vea todo lo contrario. Hoy por hoy doy mas valor a los críticos y a las personas con una visión contraria a la mía, porque uno nunca sabe cuando Dios está hablando a través de quien El quiera usar.
La iglesia de nuestros días necesita desesperadamente de siervos espirituales que sean capaces de crear un ambiente donde todas las voces son escuchadas sin que nadie sienta el miedo de expresarse por temor a ser descartado, censurado o señalado como rebelde o por tener “mal corazón.” En lo particular, esto ha sido una de las cosas que mas agradezco a Dios de ser parte del staff de la iglesia de Cristo de Boston. Poder expresar cualquier cosa con el único resultado de ser tomado en cuenta, sentirme respetado sinceramente y todo en un ambiente donde lo que se busca es honrar a Dios y buscar el desarrollo de las personas que conforman el ministerio.
Por otro lado, es de vital importancia aprender de la experiencia del profeta. Dios no puso a Ezequiel para observar aquel desolador escenario para desanimarse, o terminar solo murmurando de aquella triste situación del pueblo de Dios. ¡No fue así! Dios puso a Ezequiel en ese momento y en ese lugar para ser un instrumento de renovación y transformación, algo que sólo puede pasar cuando estamos atentos a la voz de Dios, nos dejamos dirigir por Su Espíritu y nos atrevemos a mirar con Sus ojos.
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El Dios de Ezequiel sigue siendo el mismo Dios que tu y yo creemos. Su poder no se acabo cuando la biblia dejo de escribirse. Te invito a ser testigo de los siguientes capítulos que Dios quiere escribir ahora en los corazones de esta generación.
Feliz nuevo y renovado año 2014