#RenovationProject2014

Renovando Iglesias e individuos

1ra Parte

1La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. 3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.»    Ezequiel 37:1-3 (NVI)

Personalmente el año 2013 fue un año de profunda renovación en todos los sentidos de mi vida; en el ámbito emocional pude lograr reafirmarme como el ser humano que soy logrando mayor seguridad, plenitud y madurez. Espiritualmente encontré mayor libertad en la forma que vivo mi fe y me comprometí a ser un catalizador de transformación tanto para individuos como para cualquier grupo o iglesia que desee desarrollar su visión de las cosas espirituales. En lo material el sólo hecho de vivir en una de las ciudades más hermosas del mundo lo dice todo.

2013 ha sido un gran año. En el ministerio que Dios me permite servir, decenas de personas han llegado al conocimiento de Cristo, solteros jóvenes comienzan a tomar mayor responsabilidad y tenemos muchos sueños para este 2014.

Pero en medio de todas las obras maravillosas que mi Dios me permite ver no puedo ignorar el “valle de huesos secos” que esta frente a mis ojos.

Al pasar tiempo con muchos amigos, al mirar la realidad en momentos de mi corazón, al observar a mi alrededor o al leer los mensajes que tan amablemente comparten conmigo los lectores de este blog y de mi perfil de Facebook, pude sentir un fuego que arde hasta el día de hoy en mi corazón, un fuego como el que sintieron dos hombres en el camino a Emaús mientras que Jesucristo mismo hablaba con ellos. (Lucas 24:32).

Se que para muchos cristianos tratar el tema de “escuchar la voz de Dios” no es algo que se hable por miedo a “parecer un religioso” o terminar siendo guiado por emociones personales, pero necesitamos aceptar que no tendríamos Biblia sin hombres que escucharon la voz de Dios y la obedecieron. Ningún cambio profundo ni duradero puede suceder en la iglesia actual si no es inspirado por la voz de Dios. Si Dios no inspira mi predicación ¡pobres de las personas que dedican su tiempo a escucharme!  En resumen: este fin de semana la voz de Dios ha sido más real que nunca en mi vida.

En este tiempo Dios me llevo a Ezequiel 37 y la extraordinaria visión del valle de los huesos secos. #RenovationProject2014 surge de la pasión que Dios ha puesto en mi corazón por ser una herramienta que ayude a renovar lo mas precioso ante los ojos Dios: Su pueblo, sus hijos.

No es de asombrarse que muchos ministerios e iglesias cristianas lucen como un gran valle de Huesos secos: Lideres cansados y agotados, iglesias sedientas de inspiración, cristianos que están dispuestos a mudarse de ciudad o visitar algún otro lugar que les pueda dar un poco de lo que sus corazones buscan. Hay jóvenes incomprendidos por los mayores en la fe, cada vez menos personas desean dedicar sus vidas al servicio del ministerio de tiempo completo. En cambio, hay desconfianza, miedo, culpa, critica, cansancio, aburrimiento y estos son sólo algunos síntomas de ese valle que parece no tener un verdadero fin.

Muchos han escuchado la voz del Señor haciendo la misma pregunta que escuchó Ezequiel y es casi seguro que hemos dado la misma respuesta:

3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: «Señor omnipotente, tú lo sabes.»    Ezequiel 37:1-3 (NVI)

Todos conocemos el asombroso final de la visión de Ezequiel, pero eso ahora puede parecer no servir de mucho.

Es mi oración que este inicio de año puedas ser capaz de escuchar la voz de nuestro Dios preguntándote ¿podrá revivir la iglesia de la que eres parte? ¿Volverá a ser tu congregación un manantial inagotable de amor en donde las personas anhelen ser parte de ella? ¿Crees que aquellos hombres y mujeres que antes dedicaron sus vidas como grandes guerreros de la fe y que ahora están olvidados, abatidos y relegados vuelvan a levantarse una vez más? ¿Volverán los jóvenes a soñar con dejarlo todo y dedicar sus vidas a conocer a su Maestro y darlo a conocer? ¿Arderán de pasión nuevamente los corazones congelados por el pecado, la apatía y el descontento? ¿Podrán mirar nuestros ojos el fulgor de los milagros que nuestro Dios es capaz de hacer para dejar de conformarnos con los mediocres destellos de nuestros esfuerzos humanos?

Es posible que por ahora la respuesta no sea un contundente ¡Si! Pero con un «Señor omnipotente, tú lo sabes.» es mas que suficiente.

Ver con los ojos de Dios

Dios escogió a Ezequiel para ser un instrumento de renovación. Lo primero que sucedió fue que el Espíritu de Dios lo tomo y lo llevo a ver una realidad que tal vez nadie mas veía. Es posible que el liderazgo político y religioso del pueblo de Israel se miraran a si mismos como un “buen” pueblo, con sus necesidades pero que saldrían adelante.

La verdadera renovación ya sea individual o grupal solo vendrá cuando nos atrevamos a mirar nuestra vida o nuestra iglesia con los ojos de nuestro Señor.

Ezequiel nos relata su experiencia de esta manera: “Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos”.

Mirar con los ojos de Dios en ciertas ocasiones  no es agradable ni placentero, pero será la única forma de alcanzar la renovación. Se que como siervo dentro del pueblo de Dios puedo tener la tendencia a descartar aquellas personas que critican, o que miran las cosas de manera diferente a mi. Donde yo veo algo positivo puede ser que otra persona vea todo lo contrario. Hoy por hoy doy mas valor a los críticos y a las personas con una visión contraria a la mía, porque uno nunca sabe cuando Dios está hablando a través de quien El quiera usar.

La iglesia de nuestros días necesita desesperadamente de siervos espirituales que sean capaces de crear un ambiente donde todas las voces son escuchadas sin que nadie sienta el miedo de expresarse por temor a ser descartado, censurado o señalado como rebelde o por tener “mal corazón.” En lo particular, esto ha sido una de las cosas que mas agradezco a Dios de ser parte del staff de la iglesia de Cristo de Boston. Poder expresar cualquier cosa con el único resultado de ser tomado en cuenta, sentirme respetado sinceramente y todo en un ambiente donde lo que se busca es honrar a Dios y buscar el desarrollo de las personas que conforman el ministerio.

Por otro lado, es de vital importancia aprender de la experiencia del profeta. Dios no puso a Ezequiel para observar aquel desolador escenario para desanimarse, o terminar solo murmurando de aquella triste situación del pueblo de Dios. ¡No fue así! Dios puso a Ezequiel en ese momento y en ese lugar para ser un instrumento de renovación y transformación, algo que sólo puede pasar cuando estamos atentos a la voz de Dios, nos dejamos dirigir por Su Espíritu y nos atrevemos a mirar con Sus ojos.

¿Este 2014 serás parte de la Renovación?

¿Cómo puedes unirte a este proyecto?

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El Dios de Ezequiel sigue siendo el mismo Dios que tu y yo creemos. Su poder no se acabo cuando la biblia dejo de escribirse. Te invito a ser testigo de los siguientes capítulos que Dios quiere escribir ahora en los corazones de esta generación.

Feliz nuevo y renovado año 2014

5 cosas que aprendí cuando deje de trabajar como ministro

18 años atrás me convertí en un cristiano. 7 años después fui invitado a servir como parte del staff de ministros de tiempo completo de mi congregación. Después de 9 años de servir como ministro pagado llego el día en que deje de trabajar para mi iglesia y estas fueron las lecciones que aprendí:

1.- Definir mi identidad.

Una de mis lecciones mas valiosas que aprendí fue el tema de mi identidad. Descubrí que todos tenemos un enorme deseo de ser alguien en la vida y de hacer cosas que sean valiosas. Pero al mismo tiempo luchamos con sentimientos de soledad, duda e insuficiencia. Sentimientos que es mas fácil silenciar cuando estas ocupado haciendo muchas cosas del ministerio.  ¿Quién soy yo? ¿Qué me define? ¿Qué me hace valioso? ¿Por qué estoy aquí? Son preguntas que necesitaba responder sino quería acabar consumido por el miedo, la duda y la amargura. Cuando servía en el tiempo completo parecía que esas preguntas eran fácil de contestar:

– ¿Quién soy yo? Un ministro o líder.

– ¿Qué me hace valioso? Tener un gran grupo a mi cargo donde el ambiente sea vibrante y fructífero (que crezca en numero).

– ¿Por qué estoy aquí? Por que encontré una gran iglesia en la cual poder desarrollar mi fe y mi liderazgo.

Todas las respuestas se volvieron confusas un día después de mi salida del ministerio. Dejar de predicar, perder en un sentido la influencia que tenia y la seguridad económica que me proporcionaba un salario estable solo fueron el inicio de mi viaje de autodescubrimiento. Recuerdo las lagrimas que derrame un día en que iba con mi pequeño hijo de la mano y mientras caminábamos y sentía su manita agarrando la mía, yo lloraba de miedo y desesperación preguntándome a mi mismo: -¿qué voy a hacer ahora?  -¿Cómo voy a proveer para mi familia lo necesario para vivir?  Deje mi carrera como abogado, no se hacer nada mas que ser un ministro y ahora no tengo lo que me daba no solo seguridad económica sino también mi identidad personal y en cierto grado también espiritual. Con el tiempo comprendí que antes de responder a estas preguntas, necesitaba encontrar respuestas a las primeras preguntas que tenían que ver con mi identidad.

Esto me hace pensar en las palabras de Oscar Wilde: “La mayoría de las personas son otras personas. Sus pensamientos son las opiniones de alguien mas, sus vidas son una imitación, sus pasiones una frase de alguien más”. Creo que Wilde tiene razón porque la mayoría de las personas no estamos seguros de quienes somos.

Y cuando nos falta la verdadera comprensión de nuestra identidad no somos capaces de comprender nuestra verdadera vocación y llamado.

Así que este tiempo me llevo a comprender la importancia de mi identidad personal y como ella impactaría todo en mi vida. El apóstol Pedro tuvo una respuesta para mi en su 1er Carta: “Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido para posesión de Dios, a fin de que anuncien las virtudes de Aquél que los llamó de las tinieblas a Su luz admirable”. (1 Pedro 2:9 NBLH)

Cuando pararon todas las actividades en las que estaba envuelto, vino el silencio para repensar mi propia relación con Dios. Fue ahí donde de golpe pude ver lo que siempre estuvo frente a mi y que hasta lo predicaba muchísimas veces, pero ahora se volvía una realidad abrumadora.

Esta escritura y muchas otras me dieron respuestas mas solidas a mi vida.

¿Quién soy? Soy escogido por el mismo Dios para ser parte de algo muy especial que Él mismo diseño. Soy alguien apartado (santo) para Él y por Él.

¿Qué me hace valioso? Que le pertenezco a Dios. No son mis actividades, ni mis títulos, ni mi conocimiento, ni mis logros. Es mi pertenencia donde proviene mi valía.

¿Por qué estoy aquí? Para ser un story teller (alguien que cuenta historias) historias grandiosas de un Dios grandioso. Historias que dominen la mente de los que las escuchen y puedan tener la oportunidad de conocer a Aquel que vive en una luz admirable y nos quiere junto a ÉL – por la eternidad- .

Esto me ayudo a comprender que no necesito de una acreditación humana para vivir mi propia identidad. Al final fue mi identidad la que me llevo de nuevo a vivir el llamado de mi vida: Predicar el evangelio, ahora desde Boston.

2.- Aprender a cerrar círculos.

La biblia en el libro del Éxodo relata la sorpréndete historia de cuando Dios libero a su pueblo Israel de la esclavitud de Egipto. Lo que comenzó como un viaje emocionante y lleno de milagros al inicio termino en desgracia para toda una generación que no alcanzo a llegar a la meta señalada: la tierra prometida.

En Deuteronomio 8:2 Dios declara a su pueblo: “Y te acordarás de todo el camino por donde el Señor tu Dios te ha traído por el desierto durante estos cuarenta años, para humillarte, probándote, a fin de saber lo que había en tu corazón, si guardarías o no Sus mandamientos”. (NBLH)

Durante aquel año aprendí que el desierto le encanta a Dios para tratar con sus escogidos. En aquel desierto solo tenia dos opciones: 1.- Ser real con lo que había en mi corazón y tratarlo o 2.- Guardarme todas mis emociones y pensamientos y esperar haber que pasaba.  En cuestión de días comencé a recordar a varios amigos míos que después de varios años seguían cargando con varias emociones que los limitaban para brillar en el presente. Enojo, rabia, frustración, amargura, desanimo, desconfianza por mencionar algunas. El problema no son en si esas emociones, sino que ellas eran resultado de asuntos no tratados en el pasado.

Ya de por si es duro enfrentar un despido, pero si en esa transición las relaciones personales fueron dañadas, la confianza rota o lastimado el corazón; el camino a la liberación final siempre será cerrar esos círculos abiertos.

Después de nuestra salida del ministerio mi esposa y yo pasamos alrededor de 8 meses buscando y hablando con varias personas con las que sentíamos asuntos abiertos de enojo y desconfianza. Nuestro deseo era primero estar unidos a nuestra congregación pero también era para sanar nuestro corazón de lo que sentíamos. Ahora me pregunto ¿Qué hubiera pasado si al primer mes nos hubiéramos cansado, dominados por nuestra tristeza y enojo? O ¿Qué tal al cuarto mes después de varios intentos y que no veíamos los cambios que deseábamos? O bueno ¿qué tal al séptimo mes? Ya podía decir que había intentando todo ¿o no?

Pero la realidad fue hasta el octavo mes en que en una reunión con las personas involucradas sentimos realmente que nuestro circulo se había cerrado.

Estoy seguro que si no hubiéramos perseverado todavía seguiríamos como el pueblo de Israel, dando vueltas y vueltas en el mismo desierto. Y no olvides que es el desierto donde Dios prueba lo que realmente hay en nuestros corazones y si habremos de obedecerlo o no.

¿Hay círculos o situaciones que siguen abiertas en tu vida?¿Con quien? ¿Qué estas haciendo al respecto? Tener estos “círculos abiertos” es como estar viendo la misma vieja y desgastada película una y otra vez en tu mente. Y al hacer esto solo te llenas de las mismas emociones que pueden estar solo contaminando tu corazón. No lo olvides: El desierto es solo un momento en la vida, al final esta la tierra que fluye la leche y la miel. Pero los que no traten su corazón corren el riesgo de solo terminar sus vidas dando vueltas en el mismo lugar.

3.- Confiar en la provisión de Dios.

¿Cuántas veces predique: Confía en Dios y Él te sustentara? Muchísimas. Cuando tienes un salario cada mes en tu bolsillo es un poco mas fácil hablar de este tema. Pero cuando lo pierdes todo y ni siquiera sabes de lo que eres capaz de hacer resulta complicado hablar de esto.

El apóstol Pablo confirmo una vez: “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”. (Filipenses 4:19 NVI) ¿Todo lo que necesito? ¿En serio? Tenia que descubrirlo por mi mismo. Así que ahora que oraba a Dios y buscaba un nuevo trabajo, necesitaba algo en mi corazón que seria lo que mostraría mi confianza en mi Señor: Contentamiento.

En el verso 11 Pablo hace una afirmación poderosa: “…pues he aprendido a contentarme cualquiera que sea mi situación”. Contentamiento también se traduce como “adaptarme” o “estar satisfecho”. Era vital aprender esa cualidad. Cuando el dinero no alcazaba, mi familia y yo salíamos los fines de semana a lo que en México le llamamos “tianguis” o mercados ambulantes y vendíamos nuestras posesiones. Mi amada esposa durante la semana preguntaba a familiares y amigos si tenían cosas que ya no usaran y que quisieran regalar. Al final esas cosas las vendíamos para poder tener que comer o poder en mi caso pagar mi transporte para seguir buscando trabajo. Eso lo hicimos por un par de meses. Recuerdo a mi hijo gritar en aquel lugar “¡lápices de a pesooooo!” Al principio no me gustaba la idea, me incomodaba, pero sabia dentro de mi que esto solo era parte de algo muy bueno que vendría. Así que me contente, me adapte y me sentí realmente satisfecho con lo que tenia. ¿Sabes cuantos problemas en el matrimonio se pueden evitar con el contentamiento? ¿Puedes alcanzar a ver cuanto estrés y presión innecesaria se puede evitar cuando aprendemos a vivir realmente satisfechos y agradecidos por lo que tenemos? Soy testigo de eso.

4.- Descubre tus talentos.

He relatado en otro post como fue en este momento de mi vida cuando me convertí en un Coach certificado. Certificación que me abrió las puertas de empresas y compañías privadas y del mismo gobierno federal para poder impartir cursos de capacitación en temas de Coaching y liderazgo. Comencé a dar sesiones de coaching privadas donde lo que cobraba por una hora de servicio era el total de varios días de salario de muchas personas.

Recuerdo muy bien en aquellos días tuve que hacerme varias preguntas que definirían el curso de mi vida y la manera que iba a suplir la necesidades de mi familia y al mismo tiempo desarrollarme como persona. Algunas fueron:¿Para que soy bueno?, ¿Cuáles son mis talentos?

Para luchar contra la idea de que no sabia hacer otra cosa tuve que leer mucho. Recuerdo muchísimo un libro titulado “TALENTO” escrito por Tom Peters, uno de los intelectuales de la gerencia y los negocios mas reconocidos a nivel mundial, al cual estoy tremendamente agradecido. En su libro hablaba de cómo esta es la era de los talentosos. El declara que el tiempo en que uno podía sentir la seguridad de trabajar para una institución para toda la vida y crecer dentro de ella, había terminado y que era de vital importancia aprender a descubrir los talentos y pasiones mas profundos, alimentarlos y aprender a sacarles el mayor provecho. Esto fue lo que hice. Desarrolle una lista de mis dones naturales, otra de las habilidades que desarrolle como ministro por todos esos años, les agregue valor (entrenamiento profesional) y las vendí. Fue sorprendente las puertas de proyectos se abrían ante el asombro de varias personas y amigos que me habían dicho que lo que yo quería hacer no era real y que tenia que comenzar desde abajo. “Siendo humilde” y aceptando que no sabia muchas cosas que el mundo secular necesita. En este tiempo también aprendí que existe mas humildad en reconocer lo grandioso que somos, porque somos creación de un Dios grandioso, que en la falsa idea de agachar la cabeza y conformarse con lo que la vida quiera darnos.

Al final con la ayuda de mi Dios, mi esposa, preparación y otros grandes personas vi mas claramente los talentos que me darían los trabajos que necesitaba.

5.- Encuentra tu tribu.

“Somos la suma de las personas que han tocado nuestras vidas”. Esta frase se convirtió en un lema para mi. Nadie llega a ningún lado solo. En esto también hay una gran lección de humildad. Reconocer que no podemos, ni lo sabemos todo. La biblia no se equivoca cuando asegura:

Uno solo puede ser vencido,

    pero dos pueden resistir.

¡La cuerda de tres hilos

    no se rompe fácilmente!

Eclesiastés 4:12 (NVI)

En mi país hay un dicho que dice: “El que se junta con lobos a aullar de enseña”.  Aquel año en mi vida sabia que necesita de personas que hayan pasado por cosas similares a mi situación y aprender como lo superaron. Necesitaba inspiración. Necesitaba mentores. No puedo olvidar la primer platica que tuve con un viejo amigo un día después de mi salida del ministerio. Nos había invitado a mi familia y a mi a comer a su casa y al hablar de lo que nos había pasado sus palabras fueron: “¡Esto es lo mejor que te ha pasado en la vida!” Yo un poco confundido lo seguí escuchando.

-Alberto, mira el sin fin de posibilidades que tienen ahora. ¡Con tus dones y tu experiencia puedes lograr…! Y continuo haciéndome ver todo lo que podía alcanzar en este cambio de vida. ¡Wow! ¿No son esos los amigos que necesitamos en esos tiempo difíciles?

Meses después, mi primer proyecto formal que me dio los ingresos suficientes para vivir vino de vender un curso de capacitación del que no sabia nada y del que la clave fue haber hecho una alianza con un excelente y súper talentoso hombre, amigo y hermano que con su invaluable ayuda pude no solo tener un ingreso por casi medio año sino que aprendí las bases para los futuros proyectos  por cuenta propia.

De las cosas que mas agradezco a Dios fue que puso en mi camino a gente maravillosa que Lo amaban profundamente y que eran exitosos en sus vidas y negocios. Fue increíble como pude redescubrir amigos, encontrar nuevos y solidificar otros. Ellos se volvieron mi tribu. A través de alguno de ellos conocí a otras personas que me llevaron a soñar aun mas alto. La escalera hacia arriba no tenia fin.

¿Quienes son tu tribu? ¿Con quien compartes mas tiempo, charlas y emociones? Pues lo que responda a estas preguntas te dirá hacían donde vas y como llegaras.

Al día de hoy estoy sirviendo felizmente una vez mas como ministro de tiempo completo para el ministerio latino de la Iglesia de Cristo de Boston. Y las lecciones que aprendí serán invaluables para mi y deseo que lo sean para todos aquello que en este momento están pasando lo que yo pase o para los que en el futuro lo pasen.

Bendiciones desde Boston

No necesitas un GPS, necesitas una brújula

No necesitas un GPS, necesitas una brújula

Brujula

Desde que me mude a Boston he tenido la necesidad de usar un GPS para llegar a todos lados. El GPS es una de esas maravillas tecnológicas que se han vuelto imprescindibles, sobre todo cuando quieres llegar a un lugar en el que no conoces muy bien el camino. Este pequeño artefacto como arte de magia, calcula en donde te encuentras y te dice por donde debes andar. “Dobla a la derecha,  ahora en 50 mts dobla a la izquierda”. Y cuando te equivocas te dice: “Recalculando” y te da una nueva ruta. Es muy practico y se ha vuelto para muchos de nosotros parte esencial de nuestro estilo de vida. El problema surge cuando después de un tiempo sigues necesitando el GPS. Por ejemplo, yo tengo ya un año viviendo en esta hermosa ciudad pero sigo usando el GPS en rutas que ya conozco por que las recorro muchas veces al mes.  He descubierto que me he vuelto flojo para aprender, para memorizar y para tomar mis propias decisiones a la hora de tomar una ruta que tiene mucho trafico o si una avenida esta cerrada por alguna reparación y si el GPS, me dice que es por ahí, porque esta configurado para tomar solo rutas principales entonces existe un gran problema, seguramente estaré perdido un tiempo.

Hoy me pregunto algo: ¿Cómo le hacían nuestro padres y nuestros abuelos para llegar a sus destinos? Y todavía mas allá ¿Cómo le hacían nuestros antepasados?

Ellos usaban algo que se le llamaba brújula. Un artefacto redondo que solo tiene dos flechas y que la principal apunta siempre al norte. Eso usaron los marineros en tiempos antiguos que descubrieron maravillas en otros países que nunca habían visto sus ojos. Una brújula fue lo que usaron los grandes viajeros, exploradores, arqueólogos y testigos de asombrosos descubrimientos. La asombrosa función de la brújula no esta en decir exactamente que hacer, sino en siempre, siempre señalar el rumbo que se debe seguir.

En la actualidad vivimos sumergidos en excesiva información. Los libros que más se venden son los que nos dan “Las 5 claves” para vivir mejor, para el éxito y la felicidad en cualquier área. Hoy mas que nunca podemos encontrar en internet, en las organizaciones, incluyendo las iglesias demasiados “GPS´s”. Maneras, formas, costumbres que nos tratan de decir como hacer las cosas paso a paso. El problema que descubro en ello es que es muy fácil acostumbrarse a ello y terminar convirtiéndonos en personas flojas para aprender, crear y desarrollar una actitud responsable y madura en la toma de decisiones.

En mi caso me quedo sin aliento ante el numero de cristianos con los que trato constantemente en los que escucho las siguientes ideas:

  • “Caí en este pecado porque nadie me busco en la iglesia”.
  • “Me siento enojado e infeliz por seguir lo que en mi iglesia o mis lideres me dijeron que tenia que hacer y resulto todo mal”.
  • “Estoy cansado que me digan todo el tiempo como debo comportarme, no soy un niño”.
  • “No quise ser abierto de una doble vida que llevaba porque tenia temor lo que en mi iglesia fueran a pensar de mi”

Y la lista de frases podría seguir interminablemente. Lo lamentable es que la mayoría de estas ideas habla de que los ojos están mas puestos en las personas y en la organización que en Dios. Gente que se amolda a una caja que les dice que hacer todo el tiempo, pero que han perdido el “Norte” en sus vidas.

La biblia es muy clara al respecto cuando el autor del libros de Hebreos nos llama a que “Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe”… Hebreos 12:2 (NVI) Jesús es el norte, Él y solo Él puede darte verdadera fe. Solo Jesús puede dirigir a nuestro verdadero hogar al lado de nuestro Padre celestial.  La biblia no es GPS que nos dice todo lo que tenemos que hacer ni como hacerlo. La biblia es el relato que señala al autor y consumador de nuestra fe. Y como Abraham, el padre de la fe; será nuestra responsabilidad caminar siguiendo la dirección que Dios nos indica. Aunque a veces eso signifique que no todo el tiempo estemos seguros de los pasos que tenemos que dar en casa situación de nuestras vidas, pero mientras mantengamos la dirección correcta, es seguro que el camino se nos revelara a cada paso. Lo descubriremos y nos maravillaremos como lo hicieron esos exploradores de la antigüedad.

Para mi el descubrimiento mas asombroso, mi tesoro de mi caminar en la fe ha sido comprender cada día mas las palabras del salmista, cuando declara: “Deléitate en el Señor,  y él te concederá los deseos de tu corazón”. Salmos 37:4 (NVI)

El Señor y solo Él puede ser mi deleite, mi fuente de alegría, plenitud, seguridad y amor. Y no siendo esto ya suficiente, también Dios nos promete que si nos deleitemos en Él, será Él mismo quien conceda los deseos de nuestros corazones. ¿Qué desea tu corazón? ¡Vamos! ¡Dilo sin miedo! Bueno eso que pensaste Dios quiere concedértelo. Conmigo lo ha hecho. Tengo todo lo que quiero y mucho más. Vivo una de las vidas mas bendecidas que pueda conocer. He aprendido a no conformarme, a no dejar de soñar. Y la razón es que tengo un Dios que puedo disfrutarlo constantemente y que a Él le encanta que yo lo disfrute a Él. Al final soy un consentido de Dios. Y ¿podría esperar menos? Claro que no! ¡Él me ama! Y a ti también. El es mi norte, mi destino. Mi brújula me lleva a él aun cuando no se que hacer paso a paso.

Mi principio de vida es simple: agradarlo, amarlo y honrarlo solo a Él.

El enorme peligro esta en desear mas las bendiciones que Dios nos da, que a la fuente de esas bendiciones. He visto hundirse literalmente a bellas personas en la codicia mas vil, en la inmoralidad mas detestable. Cristianos que se vuelven ciegos, sordos, desnudos espiritualmente y heridos por sus propios actos, solo porque olvidaron la verdadera dirección de sus vidas y se conformaron que una caja les dijera que hacer todo el tiempo, logrando solo aparentar algo que hace mucho ya no tenían: dirección.

Una brújula esta diseñada para que guiarte en medio de las tempestades, la oscuridad. Nunca te dirá “perdida de la señal” cuando pases por túneles oscuros (que molesto es escuchar eso del GPS) y te deje perdido para saber que salida tomar. La brújula lo que hará es guiarte independientemente de la salida o decisiones que tomes. Tener una brújula en tu vida se resume en tener principios inalterables, es mirar hacia el único que no cambia, y es la emoción de no saber que hacer pero tener la certeza de que lo que descubrirás si sigues adelante será todo un “DELEITE”.

Feliz viaje.

¿Y tú? ¿A quien culpas?

¿Y tú? ¿A quien culpas?

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El resentimiento, la crítica, la culpa y el miedo aparecen cuando culpamos a los demás y no asumimos la responsabilidad de nuestras propias experiencias.

Louise Hay

Que cada uno cargue con su propia responsabilidad.

Gálatas 6:5  (NVI)

Estoy escribiendo este post desde Atlanta Georgia. Lleno de inspiración y gratitud en mi corazón por el presente que estoy viviendo. Entre mas me adentro en mi propia identidad como hijo de Dios y como el hombre que soy, mas consciente soy de que algunas de las armas mas poderosas que usa la maldad para destruir nuestras vidas son la ingratitud y la falta de tomar responsabilidad personal por nuestra vida.

Es sorprendente y diría alarmante como usamos la culpa para dejar nuestra propia responsabilidad a un lado y cargar a los demás con nuestras desgracias, fracasos y  prejuicios.

Algo que esta profundamente comprobado es que las personas maduras miran dentro de si mismas, las inmaduras buscan a quien culpar.

¿Cuántos miembros de iglesias culpan a sus lideres o a los otros miembros de cualquier cosa que pase en sus vidas?

¿Cuántos esposos acusan a sus esposas de sus arranque de ira y de perder el control de su temperamento?

No se diga en el trabajo o cualquier otro lugar donde nos relacionamos con otros seremos humanos.

¿Cómo seria tu vida si dejaras de culpar a otros y tomaras tu responsabilidad?

Me he mudado de casa cerca de 20 ocasiones. Y la mayoría de esas mudanzas ha sido a causa de servir en diferentes lugares donde nuestra iglesia tenga la necesidad. Como misionero y ministro constantemente cambio de lugar dejando detrás de mi una influencia y un trabajo en la vida de las personas. En muchos momentos he visto victorias extraordinarias en los ministerio que Dios me ha permitido servir pero también me he equivocado y en mi inmadurez, falta de preparación, falta de enfoque o de carácter (y podemos sumar y sumar) no deje la mejor influencia posible detrás de mi. Sigo aprendiendo y eso me entusiasma. El punto es que en el momento del cambio, algunas personas que estuvieron conmigo en algún ministerio o grupo; o  el nuevo líder que toma mi  lugar donde yo me encontraba surgen comentario como: “Las cosas están mal por culpa de los lideres que estuvieron antes”, “Miren todo el desastre que el antiguo liderazgo ocasiono”.

Escuchar eso de mi trabajo como líder duele, pero al tener en lo profundo que mi identidad viene de mi Señor y no de mi trabajo, ni de mi posición eso me ayuda a que con humildad poder escuchar y aprender, pero en realidad es algo que escucho constantemente de muchas personas que después de ¡años! Siguen culpando al líder anterior.

La vida ya es difícil por si sola, ¿de verdad queremos que nuestras iglesias, familias y centros de trabajo sean lugares donde llevamos la amargura y ansiedad para descargarla con las personas que nos estiman y aman?

¿Dios se merece nuestros reclamos diarios cuando es Él quien nos regala cada nuevo día?

Como ministro ahora reconozco la importancia de mantener una cultura a mi alrededor de franqueza y honestidad. Cualquier persona en cualquier momento puede hacerme preguntas difíciles, pueden expresar disconformidad y también su indignación si no estoy haciendo bien las cosas. Lo hago por que al final la libertad produce libertad, y la humildad genera humildad. Y el resultado de eso es que después de poder hablar con apertura y respeto de cualquier tema, por muy difícil que parezca es que ya no hay a quien echar la culpa del problema, malentendido o sentimientos heridos. Hablar nos sana a todos y nos hace tomar responsabilidad.

Como padre, como esposo y como siervo, se que soy el único responsable de mis actos, de mis emociones y de mi espiritualidad. ¡Nadie mas! Ni la iglesia, ni el liderazgo, ni mi familia, nadie en lo absoluto tiene la culpa de mis errores, carencias o falta de animo o de fe.

La biblia me asegura que “Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida y la devoción, al hacernos conocer a aquel que nos llamó por su propia grandeza y sus obras maravillosas.”2 Pedro 1:3 (DHH)

Ya tengo todo lo que necesito, no me falta nada. Todo lo demás solo son regalos, oportunidades, dones recibidos.

¿A quien culpas?

Pero mejor aun pregúntate: ¿Qué sucede cuando culpas a otros?

  1. Evitas el aprendizaje. Todo tiene una enseñanza detrás. Dice la biblia que todo es para bien de los que amamos a Dios. Cuando nos pasamos gran parte de nuestro tiempo señalando quien tiene la culpa de nuestras desgracias quiere decir que nos importa poco lo que Dios tenga preparado para nosotros, que creemos que Dios es un mentiroso o que al final no creemos en Él, ni en Su palabra. ¿Te habías puesto a pensar en eso?
  2. Culpar a los demás evita que trabajemos en equipo.  Cuando son los “demás” lo que fallaron y no yo, eso por si solo levanta una barrera que evita que podamos trabajar como un equipo.  Ya que destruye la confianza de unos en otros. He visto gran talento desperdiciarse solo por una cultura de desconfianza y falta de tomar seriamente responsabilidad. Esto ya no puede seguir pasando sino la consecuencia es que las personas que mas pueden generar cambio en nuestras iglesias y organizaciones no querrán estar con nosotros.

¿Cuál es la solución a este grave problema?

  1. Toma tu responsabilidad. Se que es duro, se que duele. Pero solo así dejaras de estar engañado (a). Al mismo tiempo es algo muy positivo. Hacerte responsable de tu propia vida y emociones y acciones te llevara a disfrutar mucho más de quien eres, de lo que haces y donde estas.  Conozco decenas de grupos que le echan la culpa del estado en que se encuentran al líder anterior que estaba a cargo; el punto es que ¡lo hacen por año! Y lo único que se pierden es de la enorme oportunidad de valorar sus fortaleces, y detectar sus defectos para poder cambiar. Y dejar de pensar que el cambio lo trae una u otra persona.
  2. Agradece. Hace unos minutos acabo presencie una platica impartida por Ann Voscamp. Autora del Best Seller del New York Times, titulado: “One thousand gifts” Donde nos inspiro a hacer una lista de mil dones o bendiciones que tenemos  en nuestra vida y alrededor. El llamado fue a vivir la vida con una actitud de gratitud. Es una triste realidad que vivimos en una de las sociedades mas ansiosas y depresivas de la historia de la humanidad. ¿Qué pasaría si cambiáramos nuestra costumbre de culpar y criticar a los demás y nos dedicáramos a agradecer a Dios primeramente y unos a otros por cada don, detalle, esfuerzo, animo, etc., que recibimos todos los días?

¿Crees que cambiaria en algo tu vida si adoptas esta actitud? Yo te lo aseguro.

Abrazos desde Atlanta.

IGNORA EL MUNDO REAL

IGNORA EL MUNDO REAL

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¿Cuántas veces has dicho o has escuchado la frase “es que en el mundo real no se puede hacer tal o cual cosa”? ¿Cuántos creen en esta frase? ¿Qué es el mundo “real”? Suena como un lugar deprimente donde vivir. Donde las nuevas ideas siempre pierden. Donde los habitantes están llenos de pesimismo y frustración. Ellos siempre asumirán que el mundo no esta listo para cambiar. Son aquellos que dirán sin dudar que la sociedad o tu familia o tu iglesia o tu mismo, no están listos para cambiar, que es mejor dejar las cosas como están.

Si estas lleno de esperanza y ambición, los habitantes del mundo “real” trataran de convencerte de que tus ideas son imposibles. Te dirán que estas perdiendo tu tiempo.

Cuando decidí convertirme en un Coach de vida certificado algunas personas me dijeron que en “el  mundo real” eso no me iba a servir, que mejor comenzara desde abajo en alguna empresa que me quisiera dar una “oportunidad”. Ahora el coaching se perfila como una de las carreras que predominaran en el 2020 y que ahora las grandes organizaciones pagan miles de dólares por recibir ayuda de un coach.

Cuando decidí que quería ser escritor algunos me dijeron que fuera “real” y me dedicara a mi trabajo. Que ningún latino de nuestra iglesia había escrito algún libro hasta ahora. Al día de hoy tengo dos libros publicados, que se leen en todo el continente americano, los cuales he tenido el honor de presentarlos en casi todo México, parte de centro América y ciudades de EUA, con miles de copias vendidas.

Un día soñé con vivir en EUA y poder servir a los ministerios latinos en ese país. Alguien me dijo que tuviera sueños mas “reales”, que eso era muy difícil que pasara. Hoy escribo este post desde mi hogar en una de las ciudades mas bellas de EUA y del mundo: Boston, MA. Y actualmente sirvo en una de las iglesias más dinámicas que conozco, como ministro de tiempo completo en esta ciudad.

Cada vez que tengo la tentación de pensar de forma “realista” necesito recordar que sirvo a un Dios que como relata la Escritura acerca de Abraham:

 Así que Abraham creyó en el Dios que da vida a los muertos y que llama las cosas que no son como si ya existieran.

Romanos 4:17 (NVI)

Saber que mi Dios es real, me basta. Lo demás… esta por verse.

¿Cuándo fue la ultima vez que escuchaste que tus sueños no eran “reales”? ¿Qué sentiste? Pero la pregunta mas importante ¿Qué estas haciendo al respecto?

Y nunca olvides lo siguiente: El mundo real no es un lugar, es una excusa. Es una justificación para no tratar.

La idea del “mundo real” me inspiro el libro: REWORK escrito por 37 signals. Mas información de este libro: http://www.37signals.com/rework