Saludos a todos. Ha pasado un buen tiempo desde la última vez que he publicado en mi blog. Hace exactamente tres años compartí con cada uno de ustedes un devocional de treinta días titulado RESURGIR. En aquel momento por diferentes razones no alcance a publicar este post. Hace tres años estos devocionales los transmití por Facebook live, ahora después de tres año he decidido grabar cada episodio en audio y hacerlo parte de una edición especial de mi podcast ConnectOlogy.
Así que hoy puedes leer aquí el post perdido por tres año jijiji. Espero de todo corazón que estos devocionales sigan siendo de ayuda e inspiración para cada uno de ustedes que siguen este espacio.
Bendiciones
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En el devocional pasado hablamos de la sombra de muerte a la que hace referencia el Salmo 23. El día de hoy continuaremos tratando el tema de la resurrección pero desde otro ángulo. Desde una visión del antiguo testamento que también tiene que ver un valle lleno de algo que resulta desconsolador e imposible de cambiar: la muerte. Nuestro devocional de hoy estará basado en Ezequiel 37 del verso 1 al 14 que en sus primeros versos dice lo siguiente:
1 La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. 2 Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos.
Estamos frente a una visión parábola que no era ajena a la gente de aquellos días. Un valle lleno de cadáveres era algo común para cuando Ezequiel tuvo esta revelación, 609 años antes de Cristo era muy común que a causa de las guerras y batallas varias entre ciudades o naciones y pueblos tratando de conquistar a otros diera como resultado que esos campos de batalla se convirtieran en valles llenos de huesos. Así que si al otro día o al otro mes, tenias que pasar por aquel lugar, encontrarías un espectáculo atroz que llenaba todo el ambiente de muerte y desolación.
El contexto de esta escritura era que para aquellos días había muerto el rey Josías y el esplendor de Judá había desaparecido. Como consecuencia de esto Judá pierde independencia, entran en crisis, Egipto y Babilonia imponen pesados impuestos. 14 años después de la muerte de Josías el rey Joaquín deja de pagar los impuestos y en consecuencia Babilonia decide atacar Judá y deporta a un gran numero de personas, entre ellos esta Ezequiel siendo muy joven. Tiempo después viene una segunda deportación, las murallas de la ciudad son destruidas, incendian el templo, las casas son destruidas, hay violencia y terror por todos lados. El fracaso y la desesperación se puede respirar en el ambiente de los que se quedaron en la ciudad destruida.
El pueblo de Israel lo ha perdido todo: la tierra prometida, la ciudad santa, el templo, la independencia. Ni siquiera le queda esperanza del retorno o la seguridad de ser el pueblo elegido y amado por Dios.
Muchos hemos pasado por ahí o algunos están exactamente en ese punto: momentos donde no encontramos respuestas, ni paz; momentos donde los problemas parecen crecer mas que resolverse y donde el amor y protección de Dios no es muy clara.
¿Qué produjo toda esta desgracia en los corazones de aquellas personas? Ezequiel lo relata de esta manera:
Luego me dijo: «Hijo de hombre, estos huesos son el pueblo de Israel. Ellos andan diciendo: “Nuestros huesos se han secado. Ya no tenemos esperanza. ¡Estamos perdidos!” Ezequiel 37:11
¿Algunas vez has dicho estas palabras? ¡Ya no tengo esperanza! ¡Estor perdido! ¡Esto que estoy pasando no se va a arreglar jamás!
Es en estos momentos donde la búsqueda de ejemplos, particularmente de personas que han vivido en sufrimientos muy profundos y como han salido adelante son muy importantes. Para mi una de esas personas es el neurólogo y psiquiatra austriaco Viktor Emil Frankl fundador de la logoterapia. El fue un sobreviviente de los campos de concentración nazis durante los años de 1942 hasta 1945. Este hombre vivió en carne viva el infierno de los mas temibles lugares de exterminio judío como los campos de concentración de Auschwits y Dachau, además de perder a su esposa y a sus padres en estos lugares.
A partir de esa experiencia el doctor Viktor escribe su famoso libro: El hombre en busca de sentido, que ha vendido mas de 9 millones de copias y traducido a mas de 20 idiomas. En ese libro este hombre plasma como fue su vida en los campos de concentración desde que es trasladado hasta después de su liberación. Una de las notas de este libro que mas me impacta es cuando el doctor Frankl señala: La apatía, el adormecimiento de las emociones y el sentimiento de que a uno ya nunca le importaría nada era el necesario mecanismo de defensa afrente al dolor, la injusticia, la crueldad y la irracionalidad, frente a los golpes diarios, casi continuos.
Tan solo esta frase me abrió la mente hacia una realidad actual. Y esto es que cuando estoy frente a corazones llenos de apatía, indiferencia y emociones adormecidas es muy probable que sea el único medio de defensa que esas personas han encontrado ante el dolor y la locura de lo que estén viviendo en ese momento.
No es un secreto que hoy por hoy muchas iglesias están llenas de apatía. Por años he visto como pastores, lideres y ministros tratan esta condición de sus miembros con reprensión, llamando al arrepentimiento y dureza. Y esto es por que solo lo miran como un pecado, pero no se han puesto a pensar que la apatía y la indiferencia solo pueden ser en la mayoría de los casos una respuesta a injusticias e incongruencias no solo de la vida misma sino aun dentro de sus propias iglesias.
Esto me lleva a pensar que juzgarnos unos a otros no es la solución, sino mas bien esto es un llamado a escucharnos de verdad. Escuchar nuestras historias, nuestro dolor, nuestras soledad y a veces nuestra falta de esperanza.
Esto fue lo que Dios miro en su pueblo y decidió hacer algo al respecto por medio de Ezequiel.
Por otro lado, otra de las enseñanzas que el doctor Frankl nos deja en su trabajo es la siguiente: “Es esa libertad espiritual que no se puede arrebatar, lo que hace que la vida tenga sentido y propósito”. En otras palabras: podrán quitarme todo, mi esposa, mis padres, mis posesiones, mi libertad física, pero nunca mi libertad espiritual. Solo tu y yo somos responsables de cómo nos sentimos y como reaccionamos a lo que nos suceda. Si entregamos esa libertad lo habremos perdido todo. Es por eso que algo muy importante es preguntarnos ¿por qué llegue a donde estoy ahora? Esto es importante preguntarnos hoy. El doctor Frankl llego a un valle de muerte por que fue forzado a eso y salio mas fuerte que nunca y obtuvo mucho aprendizaje para su vida, lo cual muchas personas no tuvieron la misma suerte.
Pero no todos los que sufrimos llegamos allí forzados, sino mas bien por deciciones que tomamos con anterioridad. La biblia señala en Ezequiel 33:32 (NVI)que: En realidad, tú eres para ellos tan sólo alguien que entona canciones de amor con una voz hermosa, y que toca bien un instrumento; oyen tus palabras, pero no las ponen en práctica.
Esto es algo muy común. A la mayoría de las personas nos gusta escuchar la palabra de Dios, sus mandatos y sabiduría. Asistimos a iglesias, nos congregamos, leemos de vez en cuando las escrituras, pero al final para mucha gente esto termina siendo un entretenimiento. Como cuando vez a un artista que te gusta, compras los boletos (das tu ofrenda), asistes al lugar (te congregas), vas con otros que les gusta el mismo artista, pero en el día a día nos hay practica de las enseñanzas de Dios. Esta actitud es la que esta produciendo muerte en la mayoría de las iglesias de nuestros días. Y esta fue la misma actitud que tuvo el pueblo de Dios con Ezequías tiempo atrás cuando Dios quiso hablarle a su pueblo.
Si queremos vivir de verdad, necesitamos desesperadamente algo mas que solo esta forma de ser ante las verdades eternas de la biblia.
“A un hombre le pueden robar todo, menos una cosa, la ultima de las libertades del ser humano, la elección de su propia actitud ante cualquier tipo de circunstancias, la elección del propio camino.”
(Viktor Frankl, 1946)
¿Cuánto estas usando la libertad de elección para tu propio bien? El pueblo de Israel paso por situaciones muy difíciles pero a veces lo que elegía era alejarse de su Dios y vivir desanimados. ¿qué eliges tu hoy?
3 Y me dijo: «Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?» Y yo le contesté: « Señor omnipotente, tú lo sabes.» Ezequiel 37:3 (NVI)
A veces parece que Dios nos pregunta lo mismo: ¿crees que vas a poder levantarte? ¿crees que tu iglesia va a volver a la vida? ¿crees que esta situación puede servir para el bien? Y muchas veces personalmente quisiera contestar lleno de convicción: ¡SI Señor, estoy seguro! Pero me veo mas como Ezequiel contestando: « Señor omnipotente, tú lo sabes.». En otras palabras no estoy seguro por que para mi es imposible pero tu si lo sabes.
Por otro lado ¿Por qué Dios le pregunta a Ezequiel esto?
Tal vez parte de la respuesta se encuentre en el relato que hacen los evangelios al señalar la ocasión en que Jesús esta frente a miles de personas hambrientas y cansadas y les dice a sus discípulos: “Denles ustedes de comer.” ¿Por qué Jesús les pide esto a estos hombres? ¿A caso no sabia que ellos no tenían los medios suficientes para realizar tal cosa? Claro que lo sabia. Y es ahí donde probablemente Dios nos quiere llevar a todos nosotros. Y esto es llevarnos a reconocer y a aceptar que en ciertas cosas y situaciones somos totalmente impotentes.
Este es el primer paso para RESUCITAR, reconocer que Yo no puedo sin el poder de Dios, que solo Dios sabe como hacer que lo imposible se vuelva posible.
En Juan 11:25-26, Jesús dijo: —Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; 26 y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto?
Estas palabras se las dijo Jesús a Martha después de que su hermano Lázaro había muerto. Muchas veces esa es la misma pregunta que Dios nos hace cuando estamos pasando por valles de huesos secos: ¿Alberto crees que puedo darte vida otra vez? Y me toca a mi y a ti decidir que vamos a creer.
En Romanos 6:23, el apóstol Pablo declara: Pues la paga que deja el pecado es la muerte, pero el regalo que Dios da es la vida eterna por medio de Cristo Jesús nuestro Señor.
Esto vital siempre preguntarnos ¿cómo llegue a donde me encuentro? Según la palabra de Dios la muerte es producto del pecado. Esta palabra significa “errar en el blanco”. Es la misma palabra que se usaba para decir que un arquero no había acertado en el blanco. Eso es el pecado, las decisiones que tomamos que no son acertadas y que nos terminan alejando de Dios y de disfrutar la vida que nuestro creador tiene para cada uno de nosotros. Y que en lugar de desear obedecer la palabra de Dios deseamos mas satisfacernos a nosotros mismos.
Si estamos llegando a lugares de muerte, no solo es por que el mundo es injusto, sino también necesitamos pensar: ¿qué he hecho hoy para llegar aquí? Esto nos puede facilitar el camino de regreso a Dios.
Ezequiel 37:4 sigue diciendo:
4 Entonces me dijo: «Profetiza sobre estos huesos, y diles: “¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! 5 Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: ‘Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. 6 Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor.’” »
Dios sabe que muchas cosas nos quitan el aliento. Como hablábamos en el episodio pasado acerca de la boa constrictor que para tragar a sus presar primero les quita el aliento por medio de apretarlas de tal manera que termina sofocando a la victima. Lo mismo pasa con los problemas en la vida, con nuestro propio pecado o aun nuestras iglesias pueden ser lugares donde perdemos el aliento cuando vivimos en lugares muy religiosos llenos de reglas y legalismo y terminamos sofocados por eso.
Lo que sea que nos este robando el aliento, Dios le pide a su profeta: Profetiza sobre estos huesos. ¿Qué tenia que profetizar Ezequiel? Que Dios les daría aliento de vida y que al llegar ese aliento y revivir, entonces ellos reconocerían al Señor.
Mas adelante Ezequiel nos dice que:
7 Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. 8 Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida!
Algunos puntos importantes a considerar en esta parte de la escritura es:
- La vida es un proceso. Vivimos en una sociedad en la que la mayoría de nosotros anhela el resultado final y además que sea rápido. Costumize es la prioridad del consumismo hoy en día y de eso hay muchos ejemplos a nuestro alrededor. Pero Dios permitió que Ezequiel fuera testigo de esta visión parecida a una escena sacada de una película de terror, pero que al mismo tiempo este profeta pudo mirar cómo esos huesos secos se unían y comenzaban a aparecer tendones y músculos y piel. La vida regresaba paso a paso.
Todo lo queremos rápido en nuestros días pero nos puede ayudar recordar que la formación del cuerpo humano, de un bebe lleva alrededor de 9 meses y tan solo ese es el inicio de una vida que se va forjando paso a paso. Así que si tu estas pasando un momento difícil en que te sientes seco y muerto por dentro, recuerda que levantarte de ahí será un proceso que tal vez no suceda de la noche a la mañana pero con Dios es seguro que va a suceder. Por otro lado también dice la biblia que la tierra se sacudió.
- Necesitamos ser sacudidos.Quiero recordarte que esto también sucedió cuando Jesús resucito, la tierra se sacudió. Volver a la vida puede significar que muchas de nuestras costumbres, nuestra comodidad y ciertas creencias necesitan ser afectadas y sacudidas. Muchos están secos por estar cómodos. Pero aun con todo esto algo faltaba, al final del verso 8 Ezequiel nos dice que esos cuerpos que habían dejado de ser huesos, aun no tenían vida. Este es el reflejo de muchas iglesias, pueden parecer un CUERPO vivo por que esta formado, organizado, tienen muchas reuniones, actividades, edificios, pero esta MUERTA.
Tu pues parecer una viva por que estas muy ocupado, lleno de actividades y cosas por hacer pero muerto y seco. Es por eso que el relato continua:
9 Entonces el Señor me dijo: «Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: “Esto ordena el Señor omnipotente: ‘Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan.’” » 10 Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso!
Dios no quiere que aparentemos que estamos vivos, es por eso que le pide a Ezequiel que profetizara. Es muy importante entender esto.
¿Qué significa profetizar? Podemos entenderlo como declarar algo que por alguna razón estamos seguros que va a ocurrir.
Los profetas declaraban cosas que estaban convencidos que sucederían por que habían sido reveladas directamente del Señor. Ellos transmitían un mensaje. Pero ¿a caso no hacemos eso todos los días? Transmitimos mensajes, y hasta profetizamos.
Esto lo veo en la simple escena de una madre llevando a su pequeño hijo al parque y que cuando lo ve subirse a un árbol, ella comienza a gritarle: “Hijo bájate, te vas a caer, te vas a caer, te vas a… ¡Ya ves! Te lo dije que te ibas a caer. ¿Cuántos de nosotros profetizamos sobre nuestros hijos, nuestras parejas, nuestra iglesia o sobre nosotros mismos cosas negativas? ¿Cuántas veces te dices a ti mismo: “yo no voy a cambiar”, “yo no nací para hacer cosas grandes”, “tal persona siempre será igual, no tiene esperanza”? Ten cuidado de cómo usas tus palabras por que en lugar de profetizar con fe basados en el mensaje que Dios ya nos dejo podemos estar profetizando todo lo contrario a la voluntad de Dios? Dios nos dice que ya somos libres y mas que vencedores en Cristo, que somos hechos nuevas criaturas, que somos amados, aceptados y deseados por Él.
Vivimos en un mundo muy quebrado y en él hay muchas situaciones difíciles. Dios lo sabe y por eso envía a su profeta con el siguiente mensaje:
12 Por eso, profetiza y adviérteles que así dice el Señor omnipotente: “Pueblo mío, abriré tus tumbas y te sacaré de ellas, y te haré regresar a la tierra de Israel. 13 Y cuando haya abierto tus tumbas y te haya sacado de allí, entonces, pueblo mío, sabrás que yo soy el Señor. 14 Pondré en ti mi aliento de vida, y volverás a vivir. Y te estableceré en tu propia tierra. Entonces sabrás que yo, el Señor, lo he dicho, y lo cumpliré. Lo afirma el Señor.” »
Esta visión gloria un día se cumplió. 70 años después el pueblo de Dios estaba regresando a su tierra. Esta era la voluntad de Dios, que sus hijos volvieran a su tierra pero sobre todo que su pueblo regresa a Él.
Y lo mismo puede suceder en nuestra vida cuando: somos conscientes de cómo llegamos a donde estamos, de que la vida es un proceso; cuando reconocemos que necesitamos a veces ser sacudidos profundamente, pero al mismo tiempo recordar que nadie nos puede robar la libertad de decidir como nos sentimos ni lo que decidimos hacer.
No importa que tan desolado sea el valle de huesos secos en que estas viviendo hoy, si pones tu mirada una vez mas en Dios siempre hay esperanza.
Te invito a orar y hacer una reflexión personal respondiendo a la pregunta: ¿qué decisiones y pecados míos me han llevado a este valle de huesos secos? Si no estas viviendo algo asi hoy por hoy, entonces da gracias por el aliento de vida que ahí en ti y medita que decisiones también te han ayudado a estar donde estas.
En oración agradece a Dios por la libertad que tienes decidir y busca hacerte responsable tanto de tus sentimientos y acciones buscando escoger lo mejor para ti, para tu familia y tu relación con tu creador.
Que Dios te bendiga con su aliento de vida el día de hoy.