Y el Verbo se hizo carne
y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad;
y vimos su gloria,
gloria como del unigénito del Padre.
Juan 1:14 (RVR1995)
Para que pudiera existir el milagro de la resurrección primero tuvo que ocurrir la dolorosa realidad de la muerte. Jesús, el hijo de Dios murió. Tal vez esto no es ninguna noticia para la mayoría de nosotros, pero considero que debería serlo. ¿Por qué? Por la simple razón de que si Jesucristo no se hubiera encarnado, o sea hecho hombre, entonces no hubiera existido tal revolución de fe en este mundo.
Si Jesús nunca se hubiera hecho hombre, es probable que lo reverenciaríamos y adoraríamos por que aceptaríamos la realidad de su divinidad y poder eterno, pero seria muy dicicil amarlo y hasta dar la vida por él.
Peter Scazzero en su libro «Una iglesia emocionalmente sana» comparte grandes lecciones que la iglesia de nuestros días necesita escuchar acerca de como se puede ver un discipulado sano. El autor comparte un ejemplo que deseo compartir a su vez con ustedes el día de hoy ya que ejemplifican muy bien lo que hablaremos en este post.
En la pagina 190 de este libro se puede leer el siguiente relato:
Se cuenta una maravillosa historia sobre una niña de cuatro anos que una noche despertó asustada, convencida de que en las tinieblas que le rodeaban había toda clase de fantasmas y mounstruos. Sola, corrió a la habitación de sus padres. Su madre la calmó y, tomándola por la mano, la llevo de regreso a su propio cuarto, donde incendió una luz y tranquilizó a la niña con estas palabras: «No necesitas tener miedo, no estás sola aquí. Dios está en la habitación».
La niña replicó: «Sé que Dios está aquí, ¡pero necesito a alguien en este cuarto que tenga un poco de piel!»
Esta historia representa una enorme verdad, podemos decir que Dios esta en todas partes y proclamarlo en todo momento, pero Dios mismo sabe que esto no es suficiente y que necesitamos su piel. No es ninguna sorpresa el alto numero de personas pagando grandes cantidades de dinero a terapeutas y especialistas para que pasen tiempo con ellas y les ayuden a saber que hacer con sus vidas. Tampoco no debería asustar el alto numero de jóvenes buscando hacer lo que sea por supuestos amigos que les ofrecen un poco de aceptación y por otro lado personas siendo infieles a sus parejas y abandonado sus hogares en búsqueda de alguien que se introduzca y se preocupe de su mundo.
Dios tiene piel y se le puede ver, tocar, escuchar y ver, ¿de que manera? A través del cuerpo de Cristo: la iglesia.
22 Dios sometió todas las cosas al dominio de Cristo, y lo dio como cabeza de todo a la iglesia. 23 Ésta, que es su cuerpo, es la plenitud de aquel que lo llena todo por completo.
Efesios 1:22-23
Como lo leímos en Juan 1:14 el Verbo de Dios se hizo carne y tomo forma humana. El Ser por el cual todas las cosas fueron creadas
porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él.
Colosenses 1:16 (NVI)
El Creador infinito y sustentador del universo se limito a si mismo al tomar un cuerpo humano como el tuyo y el mío. Un cuerpo que sufre, que envejece que esta limitado. Dios visito nuestro mundo y lo cambio para siempre. Al encarnarse nuestro Señor compartió con nosotros el dolor, la tristeza, las mismas lagrimas que corren por nuestros ojos también salieron de los suyos. La misma sangre que brota a causa de una herida fue la que mancho aquel madero. El mismo estrés que experimentamos en este mundo caótico fue el que rompió las venas de su frente una noche antes de la crucifixión.
Sabemos que al final esto lo hizo por amor. Y este es el mensaje que necesitamos renovar en nuestros días. Considero que actualmente se hace difícil distinguir entre amar a la gente por lo que ellas son en vez de utilizarlas por lo que podrían aportar a nuestra causa.
Por 20 años he vivido con el énfasis de hacer discípulos de todas las naciones (Mateo 28:18-20), yo mismo he sido misionero en dos ocasiones, deje mi carrera como abogado para plantar iglesias y predicar el evangelio. He predicado, discipulado, enseñado y todo con la gran meta de llevar a las personas al conocimiento de Dios y así salvar sus almas.
Hoy soy consciente de que una de estas actividades yo necesitaba que gente respondiera. Que se bautizaran y formaran parte de mi iglesia. Después de eso que comenzaran a servir y apoyaran con su tiempo, finanzas y corazones a la obra de Dios. Si esto sucedía me sienta feliz y por llamarlo de alguna manera, usado por Dios. Pero si no pasaba solía deprimirme, desesperarme, frustrarme y con muchas dudas.
En varios momentos de mi vida mi gozo estaba mas puesto en las «victorias»en las que podía ser parte, pero con tristeza veía que no me deleitaba en la simple presencia de mi Señor y en la compañía de otros seres creados a imagen de Dios.
Es muy común mirar que los programas de liderazgo están mas diseñados para «enseñar, instruir y reprender», y no en «escuchar y aprender de los demás». Comúnmente he entrado en la vida de las personas solo lo suficiente como para cambiarlas ó convencerlas de lo que creo pero no necesariamente para amarlas.
En estos días al darme cuenta que al Jesús resucitar, Su prioridad fue pasar tiempo con sus discípulos. Para brindarles paz a sus corazones, seguridad y al final simplemente amarlos. Esto ha revolucionado mi mente una vez más.
Una vez Jesús dejo el cielo por la tierra, ahora pudiendo irse corriendo al cielo y aun después de como fue tratado, aun así prefiere todavía pasar mas tiempo con sus discípulos y esto no lo hace desde un cuerpo espiritual, sino que toma el mismo cuerpo pero con la diferencia que ahora estaba lleno de heridas.
La encarnación nos grita: Te amo tanto y me interesas de tal manera que hice todo para entrar en tu mundo, para ponerme en tus zapatos, para compartir tu dolor y así poder ganar tu corazón.
Mi esposa fue misionera y vivo en la ciudad de la Habana, Cuba cerca de 4 años. Ella me contaba todas las pruebas y desafíos que vivió al convertirse literalmente en una cubana para alcanzarlos para Cristo. Comía su comida, vivía con los mismos limites físicos y económicos y hablaba como ellos.
La encarnación nos ayuda a entrar en la piel de las personas a nuestro lado y no solo mirar de forma superficial sus vidas.
Desde que he comprendido esta realidad trato cada día de estar consciente de mis palabras y en la forma que trato a mi próximo. Muchas veces hable de cosas que no tenia idea, di consejos de cosas que nunca había experimentado y llegue a juzgar a vidas que no comprendía por que no lograba tomar su piel.
El autor del libro mencionado al principio nos ofrece tres dinámicas para vivir una vida encarnada:
- Introdúcete en el mundo del otro. Aprende a escuchar y a estar realmente presente y atento. Jesús aún despues de resucitado seguía buscando a sus amigos,los escucho, estaba atento a sus emociones, miedos y necesidades, nunca apurado o distraído.
- Mantenerte fiel a ti mismo. Al entrar a nuestro mundo, Jesús nunca dejo de ser Dios encarnado. No se traiciono a si mismo. No es posible guiar a las personas a nuevos sitios si cada vez que entramos al mundo de alguien más terminamos siendo somos nosotros los que nos adaptamos.
- Servir como intermediario entre dos mundo. Cuando decidimos encarnarnos es como si quedaramos suspendidos entre dos mundos: el nuestro y el de la otra persona. El Apostol Pablo, alguien que no conocido a Cristo de carne y hueso sino al Cristo resucitado, escribió lo siguiente:
20 Entre los judíos me volví judío, a fin de ganarlos a ellos. Entre los que viven bajo la ley me volví como los que están sometidos a ella (aunque yo mismo no vivo bajo la ley), a fin de ganar a éstos. 21 Entre los que no tienen la ley me volví como los que están sin ley (aunque no estoy libre de la ley de Dios sino comprometido con la ley de Cristo), a fin de ganar a los que están sin ley. 22 Entre los débiles me hice débil, a fin de ganar a los débiles. Me hice todo para todos, a fin de salvar a algunos por todos los medios posibles.
1ra Corintios 9:20-22
Para el apóstol era muy común encarnarse en la vida de otros pero con el firme propósito de amarlos y llevarlos a Cristo.
Te invito a orar el día de hoy por comprender que si hemos resucitado con Cristo entonces también podemos experimentar el poder de encarnarnos en otros. No para usarlo sino para amarlos, no para arreglarlos sino para aceptarlos y llevarlos al único que si tiene el poder de sanarnos y salvarnos.
Bendiciones
Si quieres entender mejor estos conceptos te invito a leer «Una iglesia emocionalmente sana»
Excelentes devocionales.
Cada uno de ellos me anima a crecer en mi Fe y fortalece las raices de convicciones que surgieron hace 20 y pico de a~os pero que las tormentas; pecado y dificultades en mi vida habian ido debilitando. Gracias por este nuevo llamado y avivamiento espiritual el cual esta encediendo de nuevo la chispa del Espiritu Santo en mi y en cada uno de tus oyentes para que el mensaje se predique de nuevo con gran denuedo.
La gloria sea para Dios