En las iglesias, las familias y cualquier organización están llenas de humanos y son nuestras relaciones unos con otros las que pueden hacer que la comunidad fracase o vuele hasta alturas nunca antes imaginadas. Este post nace por una enorme pasión de ver cada vez mas personas felices, realizadas, apasionadas y comprometidas en nuestras iglesias y comunidades y no al contrario.
¿Cómo podemos lograr un ambiente adecuado que propicie el crecimiento de las personas? ¿Es posible generar esas condiciones en donde las personas puedan desarrollarse sin ataduras?
Casi todos los días encuentro personas en las iglesias que se comportan y dicen cosas que realmente no sienten.
Existe una terrible realidad dentro y fuera de las organizaciones: ¡no logramos conocernos profundamente! En realidad pareciera que lo impedimos con todas nuestras fuerzas. Esto sucede cuando solo queremos que los demás hagan lo que nosotros deseamos o vivan según nuestros propios términos, eso imposibilita conocer al otro.
Pareciera que tenemos miedo de comprendernos. Por que al comprender a otra persona corremos el riesgo a ser modificados, a cambiar; y a la mayoría nos da miedo el cambio.
Algunos sistemas de creencias dentro de iglesias y organizaciones hacen sentir a las personas que los tratan como eternos adolescentes. Niños a los que siempre debemos de decirles qué hacer y como hacerlo. Preparando así un futuro incierto en que el resultado son personas dependientes a la opinión de los demás para poder hacer o no hacer algo. Falta de criterio, inmadurez perpetua, raíces de amargura, desconfianza y falta de crecimiento tanto individual como grupal son algunas de las consecuencias de esta forma de pensar.
– ¡Tengo 40 años y me hacen sentir que no puedo tomar decisiones por mi mismo!
– ¡No soy un adolescente, porque necesito preguntar para todo lo que tengo que hacer!
– ¡Estoy cansado de estar en la boca de todo el mundo! Me siento juzgado y etiquetado
Estas y cientos de frases mas escucho cada semana de conocidos, amigos cercanos y lejanos en diferentes comunidades cristianas. Incomprendidos que generan incomprensión alrededor.
Cuando alguien comprende plenamente mis sentimientos, puedo yo aceptarlos con mayor facilidad. La verdadera comprensión lleva a la otra persona a revelarse tal cual es. Es un puente que se tiende entre dos corazones. Vivimos tiempos donde necesitamos ser expertos constructores de puentes y no de murallas.
Un regla de éxito para todo líder, consejero o coach es poseer la capacidad de reducir el temor o la necesidad de defensa, de modo tal que las personas puedan comunicar sus sentimientos libremente.
Un gran error cultural es creer que: “Todas las personas deben pensar, sentir, creer y actuar tal como lo hago yo”. Nos resulta muy difícil permitir que otras personas (padres, hermanos, amigos, etc.) sentir de modo diferente al nuestro en determinados problemas o situaciones y que utilicen su experiencia personal.
Pero la realidad es que cuanto mas comprendido y aceptado se siente un individuo, mas fácil le resulta abandonar los mecanismos de defensa con que ha encarado la vida hasta el momento y comenzar a avanzar hacia su propia maduración.
La vida es un proceso dinámico y cambiante, en el que nada esta congelado. Cuando me veo como parte de un proceso, me doy cuenta de que no puede haber un sistema cerrado de creencias ni un conjunto de formas inamovibles de pensar a los cuales atenerse. Dios mismo fue revelándose progresivamente en la historia de la humanidad como la misma Biblia nos deja ver. Toda lo escrito en ese sagrado libro apuntó en una dirección: JESUCRISTO. Él es la revelación total de Dios mismo. Pablo el Apóstol lo expresa de esta manera:
23 Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer. 24 La ley era para nosotros como el esclavo que vigila a los niños, hasta que viniera Cristo, para que por la fe obtuviéramos la justicia. 25 Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos a cargo de ese esclavo que era la ley, 26 pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, Gálatas 3:23-26 (DHH)
La misma biblia declara que hubo un tiempo para las reglas, el control y los ojos que todo lo observan, como el del tutor que esta encargado de cuidar al hijo del amo mientras este es inmaduro o un niño. Pero también debía llegar el tiempo del crecimiento, del desarrollo de no ser mas vigilado por ese sistema, esa es la era de la fe en Cristo Jesús.
La era en donde los hombres y mujeres son capaces de dar lo mejor de si mismos, hasta sus propias vidas literalmente por su causa. En esta era es donde los hombres y mujeres sin estudios pueden poner a temblar a los representantes de los sistemas religiosos y al mundo entero como Hechos 4:13 (NVI) nos lo relata: “Los gobernantes, al ver la osadía con que hablaban Pedro y Juan, y al darse cuenta de que eran gente sin estudios ni preparación, quedaron asombrados y reconocieron que habían estado con Jesús”. Caminar con Jesús nos lleva a ir mas allá de nuestras limitaciones tanto físicas, espirituales, emocionales o mentales, ¡no al contrario!
En Cristo podemos, tenemos, que ser más y no menos. Más seguros, mas confiados, mas valientes, por el poder que actúa en nosotros:
- La era en la que las personas podían vender sus propiedades y repartir las ganancias entre sus hermanos sin que nadie lo pidiera o exigiera.
- El tiempo en los misioneros eran los mismos miembros de la iglesia que huían de la despiadada persecución, pero que en lugar de esconderse y llenarse de miedo y rencor por lo que habían perdido, ahora estaban presentando el Reino de Dios por donde pasaban.
- Entrega total, sacrificio desmedido, alegría en medio de las más duras pruebas, amor sobrenatural, desarrollo de dones y la libertad para ejercerlos.
¿Esto es lo que vemos en nuestras congregaciones actualmente? ¿Estamos llenos de jóvenes deseosos de ser parte del equipo de liderazgo, tomando responsabilidades en el avance de la obra de Dios?
Vemos personas mas seguras, transformadas, desarrolladas. En muchos casos es un tremendo ¡Si! Y de eso soy testigo.
Tengo la enorme fortuna de estar al lado de seres humanos excepcionales. Personas que siento verdaderamente que les intereso, que en realidad no tengo porque estar de acuerdo con sus ideas, pero que al final de platicar con el eje de la voluntad de Dios dirigiendo nuestras vidas, podemos con gusto someter nuestros pensamientos y acciones a la voluntad de nuestro maestro. Es mi anhelo que todos experimentemos la misma clase de dicha.
A través de estos años he comprendido que toda forma de vida que Dios creo, orgánica y humana tiene el impulso natural de extensión, autonomía, desarrollo, maduración, esas son las capacidades del organismo. ¡Necesitamos comprender esto! No soy yo el que hago crecer a las personas, ni el que las hago madurar, son ellas mismas, esta en su misma naturaleza. Solo puedo funcionar como un facilitador de dicho desarrollo.
¿Cómo puedo mejorar la forma en que ayudo a otros a desarrollarse?
Si puedo crear una relación que, de mi parte, se caracterice por:
- una autenticidad y transparencia y en la cual pueda yo vivir mis verdaderos sentimientos y pensamientos sin necesidad de ocultarlos;
- una cálida aceptación y valoración de la otra persona como individuo diferente, y
- una sensible capacidad de ver a la otra persona y su mundo tal como él lo ve.
Entonces, el otro individuo:
- experimentará y comprenderá aspectos de sí mismo anteriormente reprimidos;
- logrará cada vez mayor integración personal y será más capaz de funcionar con eficacia;
- Se parecerá cada vez mas a la persona que Dios creo para ser; se volverá más personal, más original y expresivo;
- Será más emprendedor y se tendrá más confianza;
- Se tornará más comprensivo,
- podrá aceptar mejor a los demás, y
- podrá enfrentar los problemas de la vida de una manera más fácil y adecuada.
Las personas necesitan vivir su propios procesos. Y tal vez la enseñanza se resume en tener relaciones cuyo objetivo consiste por lo general en facilitar el desarrollo. (Padres e hijos, medico y pacientes, docente –alumno, asesor – cliente).
Si tienes la responsabilidad de ayudar a otros en su crecimiento espiritual, pregúntate lo siguiente ¿Estoy lo suficientemente seguro de mi mismo como para admitir la individualidad del otro? ¿puedo permitirle ser lo que es: honesto o falso, infantil o adulto, desesperado o pleno de confianza? ¿puedo otorgarle la libertad de ser? ¿o siento que el otro debería seguir mi consejo, depender de mi en alguna medida o bien tomarme como modelo?
Ahora ¿esto ultimo es malo? No, en lo absoluto. El mismo Apóstol Pablo en varias ocasiones se puso asimismo como modelo a imitar y recomendar que hicieran caso a sus palabras. Solo que muchos no se dan cuenta que, cuando soy incapaz de aceptar a una persona en todos sus aspectos, suele ser porque me siento temeroso o amenazado por alguno de sus sentimientos.
Si considero a la otra persona como a alguien estático, ya diagnosticado y clasificado, ya modelado por su pasado, contribuyo a confirmar esta hipótesis limitada. Y obviamente las personas a mi alrededor sienten esto y contribuyo a limitarlas. Si, en cambio, lo acepto como un proceso de transformación lo ayudo a confirmar y realizar sus potencialidades.
Pablo lo expresa de esta manera: “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva”. (Filipenses 1:6 NTV) ¡Todo somos una obra en proceso! El fin de dicha obra terminara cuando estemos en presencia de nuestro Señor. Mientras estemos en este mundo necesitamos aceptarnos unos a otros como obras en proceso.
Por otro lado, si en una relación solo veo una oportunidad de reforzar ciertos tipos de ideas pero sin interesarme en su persona, tiendo a confirmarlo como objeto: un objeto básicamente mecánico y manipulable.
Algo realmente revelador es aceptar que una terapia, consejería u otras técnicas de ayuda no proporcionan las motivaciones de crecimiento y desarrollo en un ser humano, esas motivaciones ya existen y están ligadas a la persona. El papel importante de la ayuda es liberar y facilitar esa tendencia del organismo (la persona) hacia el desarrollo o madurez espiritual y hasta psicológica cuando esta se haya bloqueada.
La Biblia lo confirma de esta manera:
“Yo les daré un corazón íntegro, y pondré en ellos un espíritu renovado. Les arrancaré el corazón de piedra que ahora tienen, y pondré en ellos un corazón de carne” (Ezequiel 11:19)
“Les daré un nuevo corazón, y les infundiré un espíritu nuevo; les quitaré ese corazón de piedra que ahora tienen, y les pondré un corazón de carne”. (Ezequiel 36:26)
“Es evidente que ustedes son una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra sino en tablas de carne, en los corazones”. (2 Corintios 3:3)
Estoy convencido que todos los que hemos nacido de nuevo ya tenemos todo lo que necesitamos dentro de nosotros, pero que la ignorancia, una mentalidad mundana, la falta de disciplina espiritual y varios factores más hacen que no liberemos toda esa fuerza que resucitó al mismo Jesucristo de la tumba.
Así que mi capacidad de crear relaciones que faciliten el desarrollo de otros como personas independientes es una función del desarrollo espiritual que resulta vital en cualquier lugar donde Jesús sea el Señor.
Cuando un individuo se convierte en la persona para la que realmente fue creada:
- Deja de utilizar mascaras.
- Deja de sentir los “debería”.
- Deja de satisfacer expectativas impuestas.
- Deja de esforzarse por agradar a los demás.
- Comienza a auto-orientarse. (Es responsable de si mismo)
- Comienza a ser un proceso (en constante cambio).
- Comienza a ser toda la complejidad de su propio ser.
- Comienza a abrirse a la experiencia.
- Comienza a aceptar a los demás.
- Comienza a confiar en lo que Dios puso dentro de si mismo.
El proceso de llegar a desarrollarse cada vez más y más, implica una profunda experiencia de elección personal.
Este es un tipo de aprendizaje que no puede enseñarse, ya que su esencia radica en el autodescubrimiento. Dios no detuvo a Abraham cuando decidió ir a Egipto y meterse en problemas, no detuvo a Pedro de negar a Jesús, no quitó la “espina” del atormentado Pablo.
Mirar a la otra persona como objeto solo promueve la manipulación. Y no somos objetos, somos HIJOS DE DIOS. A esos seres maravillosos son a los que trato de servir con todas las fuerzas que Jesús me da. Y es mi esperanza hacerlo de la mejor manera.
Boston. 28 de Mayo del 2013 *Hoy celebro 18 años de haber tomado la decisión que cambio todo mi destino: bautizarme para el perdón de mis pecados y recibir el don del Espíritu Santo*
Apertura produce apertura…es un principio eficaz: en la medida que yo sea abierto respecto a mi mismo y abierto respecto a la aceptación de los demás distintos a mí, es como empiezo a construir las dovelas del puente…Saludos Beto!
Así es querido hermano! Gracias por pasar a comentar. Recibe un fuerte abrazo.
Así es querido hermano. Gracias por pasar a comentar. Recibe un gran abrazo.
Realmente estoy muy agradecida de haberlo leído, que Dios te siga utilizando, considero que muchas personas necesitamos entender que debemos crecer integralmente y sin cajas. Muchas gracias!
El poder rebasa el deseo genuino de ayudar al desarrollo de unos con otros. Jesús vino a servir, a dar su vida en favor de muchos. Nunca obligo a sus discípulos a seguirlo ni ejerció ese poder divino que tenia. No destruyo la peculiar manera de ser de cada uno, simplemente los llevo a desarrollar todo el potencial conque fueron creados. Simplemente fueron moldeados.
¡Que cansado debe ser tener el control de las decisiones de otros!
¡Amigo, te agradezco tu amistad fiel durante estos 18 años, que diferentes somos, cuantas discusiones sobre varios temas hemos tenido, gracias por no hacerme caso en infinidad de cosas porque así me di cuenta cuando estaba equivocado, gracias por escuchar siempre mis desacuerdos. Gracias por aceptar mis modos!
Querido amigo! Tu amistad es un regalo de Dios. Es simple, abierta, y sobre todo libre. Espero que cualquier persona viva una amistad así! (Bueno no se qué piensan nuestras señoras cuando bromeamos. Jijiji. Abrazos.
Gracias a ti Karla por pasar a comentar fue una gran dicha tenerte por Boston. Recibe un gran abrazo.
Amigo muchas Felicidades, de todo corazón te deseo más bendiciones y crecimiento en todos los ámbitos de tu vida 🙂
cuantas palabras me han ayudado en esto que redactas con tanto amor y trsmites con sabiduria de dios aprecio tanto sus vidas, me edifica, al ver tantas injusticias que he pasado este año anterior en la iglesia x hermanos no sabios, y fuera de la iglesia, pero amo a las personas como dices, y deseo que sigan creciendo hacia cristo, estoy muy agradecida.
saludos, y beso a tania y abner
Querida Mary, aprecio y agradezco enormemente tus palabras tan llenas de cariño! Gracias por seguir este blog. Recibe todo nuestro cariño también y un gran abrazo!