Deja qué duela!!!

Deja que duela!!! Eso es los que me decía a mi mismo mientras corría hoy por la mañana. Hoy rompí mi propia marca de distancia y de tiempo. Pero justo unos kilómetros antes de lograrlo las piernas comenzaban a doler, mi mente me decía ya llegaste lo suficientemente lejos hoy, ya quemaste bastantes calorías, ya te duelen las piernas, ya déjalo!
Pero otra parte de mi decía: Deja que duela! Nunca sabrás de lo que eres capaz ni los límites que eres capaz de sobré pasar si no dejas que duela!

Hoy te pregunto ¿qué son las cosas en tu propia vida que duelen y que buscas ocultarlas, evadirlas y dejarlas para después?, ¿qué sucede después de que haces casó a la idea de dejar para después aquello que duele? Tal vez sea esa plática dolorosa con una persona que te lastimo. Tal vez hacer esa llamada que te llena de miedo hacer pero que puede abrir puertas a nuevas oportunidades en tu vida. Tal vez sea acercarte a la persona que amas o te interesa y afrontar el dolor que causa la timidez o el temor a no ser correspondido.

Como sea siempre habrá un dolor que afrontar.

Cuando el hijo de Dios vino a la tierra y clamaba a su Padre en oración que no quería morir en la cruz. Decía: «Abba, Padre, todo es posible para ti. No me hagas beber este trago amargo, pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.» Marcos 14:36

La Biblia no habla de última respuesta de Dios, los predicadores decimos que Dios guardo silencio. Pero ¿qué paso en aquel huerto que hizo que Jesús se levantará transformando su miedo en una inquebrantable voluntad de enfrentar la cruz? La oración fue el secreto, decimos todos. Y lo creo profundamente! Pero ¿cuantos cristianos pasan tanto tiempo orando sin salir transformados? Siguen cargando el mismo miedo al dolor y sufrimiento que los discapacita para tomar decisiones valientes y arriesgadas.

Hoy solo pienso una cosa. Sería posible que en lo más profundo del corazón de Jesús, Dios hubiera hablado diciendo en forma de un susurro: «Deja que duela» ¡Deja que duela, esta bien, al final lograras la meta! ¡La meta vale la pena. Deja qué duela!

No se sí fue así. Pero ciertamente Jesús no huyo de la cruz y la enfrento. A pesar del dolor que eso significaría.

Hoy muchas personas se dicen creyentes o cristianas, pero no les gusta enfrentar el dolor. El dolor de estudiar y prepararse más, pero eso si quieren mejores oportunidades de vida. Muchos huyen al dolor de enfrentar conflictos, pero si quieren tener amigos y personas que los amén incondicionalmente. Pastores quieren grandes y mejores iglesias pero evitan el dolor de ser más como Jesús.

En fin, hoy si existe algo que crees que nunca lograrás o vives lleno de límites, tal vez es hora de escuchar esa voz de ti que te dice: «Deja que duela y sigue adelante».

Apocalipsis 21:7 El que salga vencedor recibirá todo esto como herencia; y yo seré su Dios y él será mi hijo.

2 comentarios en “Deja qué duela!!!

  1. Hola!
    Alguna vez leí que si «el simple hecho de sufrir nos hiciera sabios, todos seríamos eruditos». Sin embargo, la forma en que afrontamos el dolor es la clave para madurar, aprender y trascender. Estoy seguro que los dolores de mi alma que he enfrentado en estos 43 años, han sido los que me han dejado las enseñanzas más valiosas. Gracias Beto por este espacio, recibe un abrazo fraterno y saludos para tu familia.

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